𝐂𝐞𝐫𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝐓𝐢 - 𝐑𝐨𝐝𝐫𝐢𝐠𝐨 𝐂𝐚𝐫𝐫𝐞𝐫𝐚-

𝑪𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝟑𝟔

-𝐑𝐮𝐦𝐛𝐨 𝐚 𝐂𝐚𝐬𝐚

Dia lunes.Las vacaciones de invierno habían llegado como un respiro en medio de la locura. La facultad me tenía al borde, entre exámenes, trabajos y la rutina diaria. Pero, lo único que me daba paz en esos días era Rodrigo. Nos habíamos vuelto tan cercanos que no pasaba un día sin hablar con él, y cada vez que estaba a su lado, sentía que el tiempo volaba. Claro, lo nuestro era una amistad... o al menos eso era lo que quería convencerme. Porque si era sincera conmigo misma, yo estaba perdidamente enamorada de él.

El despertador sonó temprano, A las 7 a.m. para ser especifica, como cada día, pero esta vez el sonido era distinto. Sabía que era el día de volver a Bahía Blanca, y eso le daba otro peso al arranque de la mañana. Aunque sabia que era un viaje de 8 horas, Me desperecé lentamente, dejando que el frío de la habitación me despejara la cabeza. La calefacción en el departamento andaba cuando quería, así que me envolví bien en la frazada un rato más, mirando el techo y tratando de hacerme la idea de que ese día iba a cambiar mi rutina. Tenía que volver, aunque dejara parte de mí en esta ciudad.

Había reservado mi pasaje para volver a Bahía unos días antes, aprovechando un descanso. Rodrigo también volvía al mismo lugar, al igual que Gio y Bichy. Éramos todos vecinos en esa ciudad, aunque en los últimos meses cada uno había armado su vida en otro lado. Me imaginaba el reencuentro, las salidas, las charlas interminables en la plaza o en el boliche del barrio. Pero lo que más esperaba era ver a Rodrigo una vez que llegáramos.

Después de unos minutos de mentalización, me levanté y fui directo al baño. El agua de la ducha cayó sobre mi piel helada, y me quedé ahí un rato largo, dejando que el calor me despertara. Sentía el agua resbalando por mi cara, y era como si con cada gota se llevara un poquito de la ansiedad que me rondaba. Cerré los ojos y traté de concentrarme en cosas simples, en cómo iba a llegar, en cómo sería reencontrarme con mis amigos de toda la vida, y, claro, en cómo iba a ser ver a Bichy en esa ciudad que compartía tantas de nuestras historias.

Cuando salí de la ducha, me miré al espejo un segundo. Me veía cansada, pero también había algo de emoción en mis ojos. Sabía que en unas horas iba a ver a Rodrigo, y eso me dio la energía que necesitaba para sonreírle a mi reflejo. Me vestí con lo más cómodo que encontré:

 unos jeans negros, un buzo gris y mi campera gruesa para no morirme de frío en el micro.

Con la valija ya listo desde la noche anterior, agarré la mochila y salí del departamento. El aire frío de la calle me golpeó en la cara apenas puse un pie afuera, pero me encantaba esa sensación. Caminé despacio hasta la parada del colectivo, que estaba a unas cuadras. Cada paso era una mezcla de nostalgia y ansiedad. Tenía el celular en el bolsillo, y cada tanto lo miraba por si había algún mensaje. Quería que Rodrigo o Gio me escribieran para confirmarme que iban a estar allá en la terminal, pero hasta ese momento solo había silencio.

                                                       (...)

Cuando finalmente llegué a la terminal, el ambiente estaba lleno de ese sonido característico de los buses llegando y saliendo, de las familias despidiéndose y los chicos hablando con voz emocionada. Compré una lata de Red Bull en el kiosco para mantenerme despierta, porque tenía claro que no iba a dormir durante el viaje. Tenía demasiadas cosas en la cabeza, y la idea de quedarme dormida, en medio de todo, me ponía más nerviosa que tranquila.

Subí al micro, y encontré mi asiento cerca de la ventanilla. Me acomodé, dejé la mochila a un costado, saqué el celular otra vez y me puse a escuchar musica. Todavía quedaba tiempo antes de que saliéramos, así que decidí sacarme una foto. Extendí el brazo, mostré la lata de Red Bull y me aseguré de que el cielo se viera por la ventana. 

  @RiccardiVal  Via Instagram Stories  ⋙⋙

Me gustaba la idea de compartir ese momento, de que, aunque fuera de una forma sutil, Rodrigo supiera que ya estaba en camino, que iba a estar ahí para cuando él llegara.

Mientras subí la foto, el micro empezó a moverse. Miré la pantalla, viendo cómo la imagen se subía a mis historias, y me sentí extrañamente tranquila. Era como si, con ese pequeño gesto, confirmara que estaba dejando atrás una etapa, pero que llevaba conmigo todo lo que había vivido en esta ciudad. Sabía que una parte de mí seguía ahí, en los momentos compartidos con Rodrigo y Gio, y esa parte me daba la fuerza para enfrentar lo que viniera en Bahía Blanca.

Dejé que el traqueteo del micro me arrullara, y, aunque no pensaba dormir, cerré los ojos por un rato, sumergiéndome en mis pensamientos.

Durante el viaje, apoyé la cabeza contra la ventana, perdiéndome en el paisaje y en mis propios pensamientos. No podía dejar de pensar en él, en sus abrazos, en las charlas hasta la madrugada y en cómo, sin darme cuenta, se había vuelto una de las personas más importantes en mi vida. Pero, ¿qué iba a hacer con todo esto que sentía? ¿Iba a decirle algo o seguiría fingiendo que era solo amistad?

Suspiré, dándome cuenta de que esas preguntas solo me las respondía el tiempo. Mientras tanto, el micro seguía su camino hacia Bahía, y yo seguía perdiéndome en mis pensamientos, con el corazón latiendo un poco más fuerte al imaginarme ese reencuentro.

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Hellou, Como estan??

Disfrute un monton escribiendo este capitulo, una nueva etapa, pero se vienen cosas que te van a romper el corazon con esta historia

espero que anden bien, tengan un buen Miercoles

Los quiero

                                -Angi<3