𝑪𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝟒𝟎

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  -𝐅𝐢𝐧𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐧...¿𝐁𝐮𝐞𝐧𝐨𝐬 𝐩𝐥𝐚𝐧𝐞𝐬?

Sabado. Esa mañana me desperté con el celular vibrando en la mesa de luz. Era Gio, con su mensaje de siempre: 

Giovi💖:"¿Desayunamos? Dale, que te espero en cinco." 

Sonreí, ya que ella siempre me llamaba con esa urgencia, y aunque sabía que no estaba a cinco minutos de llegar, me encantaba hacerle caso.

Me estiré y miré el techo unos segundos antes de levantarme de la cama. Me dirigí al baño y, mientras me lavaba los dientes, pensaba en lo que le iba a contar a Gio. Últimamente, todo parecía estar en sintonía; lo que pasaba con Rodri había dejado de ser una mera casualidad y se sentía cada vez más real, más cercano. Después de cepillarme bien, me metí a la ducha, dejé que el agua caliente me despejara, y me fui ordenando en la cabeza las cosas que quería decirle.

Salí del baño y me envolví en la toalla, revisé la ropa que tenía en el armario y opté por un conjunto simple pero lindo. Quería sentirme bien; era como si saber que iba a ver a Gio y contarle mis cosas me diera ganas de verme mejor.

Cuando finalmente estuve lista, salí de casa y caminé hacia la cafetería donde habíamos quedado. La vi desde lejos, ya en la mesa de siempre, con un café en la mano y ese aire de impaciencia que siempre tiene. Apenas me vio, levantó la mano y me llamó con esa sonrisa traviesa que hace que siempre quiera correr hacia ella.

—Ahí estás, tarde como siempre —dijo mientras me sentaba—. Dale, contame todo, que te noto con cara de enamorada.

Suspiré y me sonrojé, lo que le dio pie para empezar a reírse de mí. No había caso, Gio siempre sabía más de lo que le decía, pero igual disfrutaba contarle.

—Bueno... es que con Rodri... no sé, como que está pasando algo, ¿entendés? —le dije, intentando sonar casual, aunque sabía que no tenía forma de ocultar lo obvio.

—¡Era hora, Valen! —respondió ella, animada—. Te digo que ese chico está loco por vos, siempre lo supe. A ver, contame bien, ¿qué onda? ¿Pasó algo en el parque anoche?

Me reí y le conté cómo habíamos paseado bajo las luces del parque, cómo me había mirado mientras estábamos en la rueda de la fortuna y cómo había sentido que el tiempo se congelaba. Gio me escuchaba atenta, como siempre, pero esta vez parecía realmente emocionada.

—¿Y entonces? —preguntó, apoyando los codos en la mesa y acercándose hacia mí, como si no quisiera perderse ni una palabra.

—Bueno, no sé... todo se siente tan natural, Gio. Como si siempre hubiera estado ahí. Y cuando me mira, me doy cuenta de que... no sé, me gusta mucho, ¿entendés? —admití, mirando hacia abajo con un poco de vergüenza—. Es raro porque antes éramos amigos, y ahora todo cambió.

Gio me miraba con una mezcla de ternura y emoción. Siempre había sido mi cómplice, mi confidente en cada una de las cosas que me pasaban, y ahora no era diferente.

—Yo siempre te dije que el tipo está a full con vos. O sea, ¿viste cómo te mira? Dale, no seas terca. Está escrito en su cara —me dijo, dándome un codazo amistoso—. Me alegra que lo estés viendo también.

Seguimos charlando mientras tomábamos nuestros cafés. Gio me contaba de sus cosas, y aunque trataba de disimular, seguía trayendo el tema de Rodri a la conversación, como si no quisiera dejarlo ir. La conocía demasiado bien para saber que estaba emocionada por verme así, tan abierta y vulnerable.

Terminamos el desayuno entre risas y anécdotas, y cuando finalmente me levanté para irnos, sentí que algo había cambiado, como si, al decirlo en voz alta, mi relación con Rodri tomara otro sentido.

𝐂𝐞𝐫𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝐓𝐢 - 𝐑𝐨𝐝𝐫𝐢𝐠𝐨 𝐂𝐚𝐫𝐫𝐞𝐫𝐚-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora