-𝑬𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒗𝒊𝒆𝒋𝒐𝒔 𝒉𝒂𝒃𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒚 𝑵𝒖𝒆𝒗𝒂𝒔 𝒅𝒖𝒅𝒂𝒔
Gio no paraba de mirar de reojo. Ya había lanzado su bomba y ahora esperaba que yo le confirmara si estaba viendo lo que parecía o si solo se estaba haciendo la película. Pero yo estaba entre confundida y acostumbrada. Porque sí, Bichy últimamente estaba más encima, pero la verdad es que, desde el secundario, siempre había sido así... a veces. Esos momentos en los que se volvía más cercano, más afectuoso. Aunque antes, lo veía como parte de su forma de ser, despreocupada y afectuosa con sus amigos. Pero ahora, después de lo que había dicho Gio, algo me hacía cuestionar si siempre había sido así o si estaba cambiando.
—Mirá, Gio, desde la secundaria que Bichy es medio así conmigo. —le dije, encogiéndome de hombros, tratando de restarle importancia—. Siempre fue medio toquetón, a veces más, a veces menos. Pero nunca pasó nada. Es su manera de ser.
—Mirá que no estoy diciendo que haya pasado algo, eh. —me respondió, alzando las cejas y cruzándose de brazos—. Pero, Val, te juro que ayer en la plaza lo noté más... ¿cómo te lo digo? Más encima, pero distinto.
Me quedé callada, porque aunque estaba tratando de justificarlo como "algo normal", lo cierto es que últimamente lo sentía más presente. Más cerca. Y Gio estaba notando eso también.
Antes de que pudiera contestarle, vi que Bichy volvía del kiosco con una bolsa de papitas en una mano y un vaso de gaseosa en la otra. Se acercó directo hacia mí, con una sonrisa, pero esta vez, cuando llegó a donde estaba, en lugar de simplemente pararse al lado, se sentó en el banco justo detrás mío y me pasó un brazo por los hombros de nuevo, pero esta vez, dejándolo ahí.
—Tomá, probá esto —dijo, ofreciéndome el vaso con la mano que no me tenía rodeada—. Está buenísimo, lo acabo de pedir.
—Gracias. —le contesté, y mientras tomaba un sorbo, sentí su mano deslizarse un poco más, apretándome el hombro suavemente.
Lo miré de reojo. Para él, parecía de lo más natural. Pero cuando miré hacia Gio, ella estaba levantando una ceja, como si me dijera "¿viste?". Decidí ignorarlo por un momento, pero la incomodidad de que ella siguiera observando no me dejaba pensar en otra cosa.
Justo cuando parecía que el tema iba a quedar ahí, vi a Rodrigo cruzar el patio. Caminaba con sus auriculares colgando del cuello y las manos en los bolsillos de la campera. No había nada raro en que viniera a nosotros, después de todo, siempre, bueno, aveces, casi nunca nos juntábamos en el recreo. Pero de repente, el hecho de que estuviera Bichy tan cerca y Rodrigo viniendo hacia acá al mismo tiempo, me hizo sentir... incómoda. Como si algo en el aire fuera a cambiar en cualquier momento.
—Mirá quién viene. —comentó Gio en un murmullo, mirando hacia Rodrigo.
—Ey, Rodri. —lo saludó Bichy, sin moverse del banco, todavía con el brazo apoyado en mis hombros—. ¡Vení, loco! Estamos acá con las chicas.
Rodrigo levantó la cabeza y nos vio, acercándose con su paso despreocupado de siempre. Pero cuando llegó y vio la escena —Bichy con su brazo sobre mí, yo sentada tan cerca de él—, algo en su expresión cambió. Aunque trató de ocultarlo, noté que se le tensó la mandíbula por un segundo antes de volver a poner su cara de siempre.
—Todo bien, che. —dijo, metiendo las manos en los bolsillos—. ¿Qué onda? ¿Qué me perdí?
Gio se adelantó, tratando de cortar la tensión que yo sentía en el aire.
—Nada. Bichy y Val acá, que están más pegados que imán y heladera. —dijo, riéndose, pero no con malicia, sino como quien suelta una bomba a ver qué pasa.
Rodrigo le lanzó una mirada rápida a Bichy y después a mí, y aunque no dijo nada, lo vi más serio de lo normal.
—Ah, mirá vos. —dijo finalmente, con un tono medio indiferente, pero sus ojos decían otra cosa.
—Ey, no me quemés así, Gio. —respondió Bichy, soltándome finalmente, pero dándome un leve golpecito en la espalda—. Solo la estoy cuidando. Ayer ya le salvé de las brujas, ¿o no, Val?
Solté una risa incómoda. Gio me miraba como si quisiera decir algo más, pero se quedó callada, esperando a ver cómo reaccionaba Rodrigo. Él, sin decir una palabra, se sentó en el borde del banco frente a nosotros, como si necesitara estar cerca, pero no tanto.
—¿Qué pasó ayer? —preguntó finalmente, mirando a Bichy.
—Nada importante. —dije rápido, antes de que Bichy pudiera decir algo—. Guille vino a joder, pero ya está. Bichy se encargó de mandarlas a volar.
Rodrigo me miró fijo por un segundo, y después desvió la mirada a Bichy. Parecía que estaba calculando algo, midiendo la situación, pero no podía saber qué era. ¿Le molestaba? ¿Le daba lo mismo? Su expresión era siempre tan difícil de leer.
—Qué bien, che. Siempre tan héroe vos. —comentó Rodrigo, pero su tono tenía un toque de ironía que me sorprendió. Nunca lo había escuchado hablarle así a Bichy.
—Y bueno, loco, hay que cuidar a la gente que uno quiere, ¿o no? —respondió Bichy, sin darse por aludido y dándome un codazo leve, con esa sonrisa confiada que siempre tiene.
Rodrigo lo miró un segundo más, y después se quedó callado. El recreo estaba llegando a su fin, y de alguna manera, sentí que había más cosas por decir, pero nadie se animaba a hacerlo.
Cuando sonó el timbre, Bichy se levantó primero y me ayudó a ponerme de pie, ofreciéndome su mano como si fuera lo más normal del mundo. La tomé sin pensar demasiado, pero noté cómo Gio y Rodrigo observaban el gesto. El primero con una sonrisa cómplice, y el segundo con una mirada que no lograba descifrar.
—Vamos. —dijo Bichy, como si nada de esto hubiera pasado—. Nos toca física ahora, ¿no?
—Sí, dale. —le respondí, intentando que mi tono sonara igual de relajado, aunque no podía evitar la sensación de que algo había cambiado.
Rodrigo caminó a nuestro lado en silencio, mientras Gio se quedó un paso atrás, observando. Sabía que después, cuando estuviéramos solas, Gio no me iba a dejar pasar ni un detalle. Y aunque intentaba convencerme de que Bichy siempre había sido así conmigo, esa tarde algo en mí empezó a dudar.
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Holiii buen comienzo de semana
espero que les guste este capitulo al igual que los demas xd
Capitulo 12 terminado jefe
-Tai<3
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𝐂𝐞𝐫𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝐓𝐢 - 𝐑𝐨𝐝𝐫𝐢𝐠𝐨 𝐂𝐚𝐫𝐫𝐞𝐫𝐚-
Fanfiction-𝘗𝘦𝘳𝘰 𝘵𝘦𝘯𝘨𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘦𝘫𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘷𝘰𝘭𝘢𝘳-- Valentina Riccardi, estudiante universitaria, ha estado enamorada de Rodrigo, su compañero de clase, desde el secundario. Aunque él parece ajeno a sus sentimientos, el primer día de la faculta...