-𝐒𝐢𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐞𝐬𝐚𝐧
El lunes arrancó denso. Todavía sentía el peso de todo lo que había pasado entre Bichy y yo, y si bien habíamos hablado y aclarado las cosas, el ambiente entre nosotros ya no era el mismo. La distancia se sentía, y dolía. Las cosas con Rodrigo no habían cambiado, él seguía siendo ese pibe complicado que, a pesar de todo, siempre me había gustado.
Me preparé para la facultad como cualquier otro día, aunque con el corazón un poco más apagado. Sabía que lo que estaba pasando con Bichy no era solo una pelea o un malentendido. Era algo más profundo, una herida abierta que no sabía cómo iba a sanar.
Llegué temprano a la facu, como siempre, y me senté en la mesa del patio, esa donde nos juntábamos todos. Saqué el mate, porque últimamente sentía que tomar mate sola era lo único que me tranquilizaba. Pero a los minutos, vi a Gio venir con su sonrisa de siempre y su energía inagotable.
—¿Qué onda, amiga? ¿Cómo te trata la vida?—me dijo, tirándose a mi lado y robándome un mate.
—Bien, tranqui... vos sabés, acá ando,— le respondí, intentando sonar despreocupada, aunque ella me conocía demasiado bien para saber que algo no estaba bien.
—Mmm, no me chamuyes, Valen. Te conozco. ¿Qué pasa? ¿Es por lo de Bichy?
Suspiré profundamente y me acomodé el pelo, tratando de encontrar las palabras.
—Sí, Gio, no sé... las cosas están raras. O sea, hablamos y quedó todo claro, pero siento que ya no somos los mismos. Me duele que se haya alejado. Y encima, no sé qué le pasa a Rodrigo. A veces parece que le importo y otras ni me registra.
Gio me miró con esa mirada que decía "te lo dije", pero en vez de reprocharme, me dio un abrazo fuerte.
—Amiga, Bichy te quiere, eso es obvio, pero las cosas cambiaron. Y Rodrigo, bueno... es Rodrigo, vos sabés cómo es. Tenés que pensar en lo que querés vos, no en lo que ellos quieren de vos.
En eso estábamos cuando vimos a lo lejos a Bichy entrando al patio. Se lo veía más serio, más apagado de lo habitual. Ya no estaba con ese aire despreocupado que siempre lo acompañaba, y aunque me doliera admitirlo, sabía que nuestra charla había dejado huella. Se acercó, con una media sonrisa que no llegaba a sus ojos, y nos saludó con un simple "Hola."
—"Hola,"— le dije, sonriendo de lado. No sabía bien cómo actuar con él ahora. No quería que las cosas se pusieran más incómodas de lo que ya estaban.
Nos sentamos los tres juntos, y aunque intentamos hablar de pavadas para aliviar el ambiente, esa tensión no se iba. Bichy, por más que intentara actuar normal, se notaba diferente. De vez en cuando me miraba de reojo, pero era como si cada vez que nuestras miradas se cruzaban, algo lo hacía retraerse. Me partía el alma, porque aunque le había dicho que seguía gustando de Rodrigo, no quería perder su amistad. Pero también sabía que para él, no era tan fácil. Que había sentimientos ahí que no podía simplemente ignorar.
El día pasó lento, las clases se hicieron eternas, y en el receso casi ni hablamos. Yo, distraída, y él, distante. Aunque en un momento, mientras estábamos en el aula, noté que me miraba desde el otro lado, con esa mirada que lo decía todo, pero que no se animaba a pronunciar.
—"¿Querés que hablemos después de clase?"—le dije cuando estábamos saliendo.
Él dudó un segundo, como si estuviera decidiendo si valía la pena o no, pero al final asintió.
—"Dale, si querés nos juntamos un rato en la plaza", —dijo, medio en voz baja.
Sabía que iba a ser difícil esa charla. Estaba claro que Bichy no había terminado de procesar todo lo que habíamos hablado, y probablemente yo tampoco.
En la plaza
Nos sentamos en un banco, lejos de la gente. Era uno de esos días en los que el viento de otoño empezaba a sentirse, pero todavía hacía calor. El sol bajaba lento, y los árboles alrededor parecían enmarcar ese momento que, de alguna manera, sabíamos que iba a ser importante.
—Mirá, Bichy... yo sé que las cosas entre nosotros están raras,— empecé, rompiendo el silencio. —Pero no quiero que nos alejemos. Sos importante para mí, siempre lo fuiste.
Él se quedó mirando al frente, sin mirarme a los ojos, y después de unos segundos, habló.
—Es que no es tan fácil, Valen. Vos me decís que siga siendo tu amigo, pero para mí no es lo mismo. No después de todo lo que pasó... no después de lo que te dije.
—Lo sé, y no te voy a mentir, me duele que estés así. Pero yo no puedo cambiar lo que siento por Rodrigo. Es algo que siempre estuvo ahí, por más que él sea como es, no lo puedo evitar.
Bichy finalmente me miró, con una mezcla de dolor y resignación.
—Valen, Rodrigo nunca estuvo para vos. Nunca. Siempre estuvo con Guille, siempre te ignoró. ¿No te das cuenta? Yo fui el que siempre estuve ahí, el que te acompañaba, el que te entendía. Y ahora... ahora me siento como un pelotudo por haber creído que quizás, en algún momento, las cosas podían ser diferentes.
Sus palabras me pegaron duro. Sabía que tenía razón, en parte. Rodrigo siempre había sido ese chico que me atraía, pero Bichy... Bichy había sido mi roca durante tanto tiempo.
—No te quiero lastimar, Bichy. Pero no puedo obligarme a sentir algo que no siento. Te quiero, te quiero muchísimo, pero como amigo.
Él cerró los ojos por un segundo, respirando hondo.
—Es que eso es lo que duele, Valen. Que vos no sientas lo mismo. Yo traté de olvidarlo, pero siempre volví a lo mismo. Y ahora... ahora siento que lo perdí todo.
Me dolió verlo así, porque sabía que lo que sentía era genuino, pero también sabía que no podía darle lo que él esperaba.
—Yo nunca quise que esto pasara así, —le dije, con la voz quebrada. —Nunca quise que te doliera. Y si pudiera hacer algo para que te sintieras mejor, lo haría.
Bichy se levantó del banco, metiendo las manos en los bolsillos, como si estuviera buscando algo que lo mantuviera firme. Después de unos segundos de silencio, dijo:
—Mirá, Valen, entiendo que me veas como amigo, y lo acepto. Me cuesta, pero lo acepto. Lo único que te pido es que me des tiempo. Porque ahora mismo, no sé si puedo ser el mismo de antes."
Lo entendí. Sabía que esa amistad no iba a volver a ser la misma de la noche a la mañana. Bichy se alejó de mí esa tarde, y aunque me dolía, supe que era lo mejor. Tenía que darle su espacio, su tiempo.
Me quedé sola en la plaza, mirando el cielo que ya empezaba a oscurecer, pensando en todo lo que había pasado. A veces, por más que quieras que las cosas se resuelvan, simplemente hay cosas que no podés arreglar. Y así me quedé, con ese vacío en el pecho que no sabía cuándo iba a desaparecer.
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Buen Domingoo
Bueno tengo que aceptar que no me lo fumo mas a Bichy JAKAJAJ
Espero que anden bienn
Se vienen capitulos buenardos, dejando de lado un poco a Bichy, y ahora centrandonos a lo que vinieron, Rodri Y valen.
Espero que les guste, los quiero
-Angi<3
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𝐂𝐞𝐫𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝐓𝐢 - 𝐑𝐨𝐝𝐫𝐢𝐠𝐨 𝐂𝐚𝐫𝐫𝐞𝐫𝐚-
Fanfiction-𝘗𝘦𝘳𝘰 𝘵𝘦𝘯𝘨𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘦𝘫𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘷𝘰𝘭𝘢𝘳-- Valentina Riccardi, estudiante universitaria, ha estado enamorada de Rodrigo, su compañero de clase, desde el secundario. Aunque él parece ajeno a sus sentimientos, el primer día de la faculta...