𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟒𝟖

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 (Les dejo la cancion por si la quieren escuchar ☝)

-𝐂𝐨𝐦𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐚𝐬 𝐥𝐚𝐬 𝐯𝐞𝐜𝐞𝐬 

Entré a casa y cerré la puerta con el peso de todo el pasado encima. Apenas pude llegar al cuarto, agarré los auriculares y puse "Corazón" de Tiago PZK. La música empezó a sonar despacio, llenando el cuarto como un eco de todo lo que me estaba doliendo. Quise resistir, me aferré a no caer, pero cuando empezó el estribillo, no pude más. Sentí las lágrimas correr

"—Ay mi corazón, siempre que peleamos te vas—", cantaba Tiago, y lo único que podía pensar era en cuántas veces esperé un mensaje de él, en todas esas noches que me quedé despierta, imaginando que esta vez él sí se iba a dar cuenta de cuánto lo necesitaba, de cuánto lo amaba. Pero siempre se iba, siempre elegía el silencio o la distancia antes que a mí. Y yo, una y otra vez, ahí, yendo detrás, tragándome el orgullo, diciendo que lo que importaba era el amor, que era normal pelear y reencontrarse. Pero ya no podía más; me cansé de correr detrás de alguien que siempre elegía alejarse.

Y seguía la canción, y parecía que cada línea era para mí. "—Yo te amo un montón, pero, ¿a qué costo?—", repetí en voz baja, y me temblaba todo. Todo lo que di, todo lo que puse de mí, y al final, era como si no hubiera sido suficiente para él. Como si yo no hubiera sido suficiente. Esa era la verdad que me partía en mil pedazos.  

"—Porfa, no me mientas, menos en mi rostro. Esas cosas hacésela a otro—", susurré con la voz quebrada. Sabía que me estaba mintiendo, que cada vez que elegía a otra persona, que cada vez que se iba con Guille, me estaba traicionando. Y yo, como una ilusa, lo seguía esperando, como si alguna vez fuera a ver todo lo que yo sentía, todo lo que yo era capaz de hacer por él. Porque, ¿Quién me devolvía a mí lo que puse? ¿Quién me daba consuelo cuando todo se caía a pedazos? Nadie. Y esa era la parte más cruel, la parte que me dejaba rota. Apoyé la cabeza contra la pared, los ojos cerrados, y me sentí tan vacía, tan cansada de sentir que le puse tanto a alguien que ni siquiera se lo merecía.

Las lágrimas salían solas, sin permiso,, y no me las saqué, porque... ¿para qué fingir? Esa canción era como si me hubiera leído el alma, como si me arrancara cada herida y la pusiera ahí, al descubierto. y el dolor no paraba de crecer, como una herida que no cerraba nunca, que seguía abriéndose con cada recuerdo. Me pregunté en silencio, con una bronca enorme en el pecho: "¿Por qué fuiste así conmigo, Rodrigo? ¿Por qué?" Me acordé de cada vez que le di todo, hasta lo que no tenía, y me lo devolvió con migajas, con una indiferencia que dolía más que cualquier otra cosa.

Pero esta vez era distinto. Esta vez no podía volver atrás. Había aguantado tanto, había dejado tanto de mí en el camino, que ya no me quedaba nada. No me quedaban lágrimas, ni ganas de volver a intentarlo, ni esperanza. Me sentía vacía, seca, como si el amor que le tuve me hubiera agotado de tal forma que ya no podía ni mirar al pasado sin sentirme herida.

Y ahí, con la canción sonando de fondo, con la letra clavándome como un puñal, entendí que tenía que dejarlo ir. Que él ya no podía ser parte de mi vida. No de la forma en que lo fue. Lo amaba, sí, con todo lo que tenía. Pero eso ya no bastaba. Había un punto donde el amor no podía seguir tapando las heridas, donde la desilusión era tan fuerte que el corazón ya no aguantaba más.

Entonces, dejé salir el llanto, sin intentar frenarlo, dejando que todo ese dolor que llevaba dentro se hiciera pedazos. Porque ya no quería sostenerlo. Porque yo también necesitaba que alguien, alguna vez, me dijera que me amaba y que se quedara sin importar lo que pasara. Porque yo también merecía algo más, algo que él nunca me iba a dar.

Y ahí, mientras la canción se iba apagando, me di cuenta de que, aunque dolía más de lo que podía soportar, aunque el vacío me consumía, ¿Era hora de decir adiós?... O un Hasta Luego?

𝐂𝐞𝐫𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝐓𝐢 - 𝐑𝐨𝐝𝐫𝐢𝐠𝐨 𝐂𝐚𝐫𝐫𝐞𝐫𝐚-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora