Felix nunca imaginó que su decisión de dejar el equipo de porristas traería consigo una serie de eventos tan inesperados. A pesar de su liberación de la presión que sentía, la universidad se convirtió en un lugar difícil de navegar. Había días en los que la gente le sonreía, pero otros en los que los murmullos y las miradas la seguían como sombras.
Un día, mientras caminaba hacia su clase de danza, escuchó su nombre entre las risas y susurros de un grupo de estudiantes. Se detuvo en seco y se volvió hacia ellos. A medida que se acercaba, pudo distinguir fragmentos de su conversación.
-No puedo creer que Felix haya dejado el equipo. ¿Escucharon que la acusaron de robar los nuevos uniformes? -dijo una chica, cubierta de maquillaje y una sonrisa burlona.
-Sí, dicen que fue ella quien se los llevó. Es tan típica de ella, ¿no? -respondió otra, riendo junto a su grupo.
Felix sintió que su estómago se hundía. ¿De qué estaban hablando? Las acusaciones eran completamente falsas. A medida que el grupo se dispersaba, se dio cuenta de que el rumor se había extendido por toda la universidad.
Al llegar a su clase, encontró a Hyunjin esperándola con una expresión de preocupación. -Felix, ¿qué está pasando? He escuchado cosas extrañas sobre ti. Me dicen que te han acusado de robar los uniformes de las porristas -dijo, con seriedad en su voz.
-Es ridículo -respondió Felix, tratando de mantener la calma mientras su corazón latía con fuerza. -No he hecho nada de eso. Solo dejé el equipo porque no me sentía bien allí.
Hyunjin la miró con comprensión. -Lo sé, pero esto podría complicar las cosas. ¿Qué harás al respecto?
-No sé... ¿Qué puedo hacer? La gente cree lo que quiere creer. No tengo forma de probar que no lo hice -dijo Felix, sintiendo que las lágrimas amenazaban con brotar. La injusticia le parecía abrumadora.
Esa tarde, mientras se sentaba en la cafetería, un grupo de estudiantes se acercó a ella. Uno de ellos era el presidente del consejo estudiantil, un chico de cabello rubio y sonrisa amigable, pero en ese momento, su mirada era seria.
-Felix, necesitamos hablar contigo. Te han suspendido temporalmente debido a las acusaciones -dijo, cruzando los brazos. Su voz no dejaba lugar a dudas sobre la gravedad de la situación.
-¿Suspendida? ¿Por qué? ¡No he hecho nada! -exclamó Felix, sintiendo que su mundo se desmoronaba.
-Entendemos que esto es difícil, pero necesitamos investigar. Hasta que se resuelva, no podrás participar en ninguna actividad académica ni extracurricular. Es un protocolo -respondió el chico, tratando de ser lo más amable posible.
Felix sintió que la desesperación la envolvía. ¿Por qué la gente tenía que ser tan cruel? En ese instante, vio a Karina en una esquina de la cafetería, observando con una expresión de satisfacción. Se dio cuenta de que la acusación había sido orquestada, y el corazón de Felix se llenó de furia.
-Esto es injusto. No voy a quedarme de brazos cruzados -dijo, levantándose de su asiento. Miró a Hyunjin, quien parecía tan preocupado como ella.
-Felix, espera. Tal vez deberíamos buscar pruebas o hablar con alguien que pueda ayudarte -sugirió Hyunjin, pero su voz se desvaneció mientras Felix se alejaba.
Con cada paso, su determinación crecía. Sabía que debía enfrentarse a la situación y no dejar que la maldad de los demás la definiera. Decidida a limpiar su nombre, se dirigió al despacho del decano. Cuando llegó, se encontró con un ambiente formal y una gran mesa de madera en el centro. Al fondo, el decano la miraba con una expresión grave.
-Felix, he estado informado sobre la situación. Sé que te han acusado de algo muy serio. ¿Tienes algo que decir al respecto? -preguntó el decano, mirando a Felix con una mezcla de preocupación y profesionalismo.
-Solo quiero decir que no soy culpable. No robé nada. Todo esto es un malentendido, y estoy dispuesta a demostrarlo -respondió Felix, con la voz temblorosa pero firme.
-Entiendo, y es importante que te sientas escuchada. Comenzaremos una investigación, pero necesitaré que presentes cualquier prueba o testigo que apoye tu versión -dijo el decano, tomando notas.
A medida que los días pasaban, Felix se sentía más aislada. Sus compañeros la miraban con desdén y algunos incluso se atrevían a lanzarle comentarios hirientes en los pasillos. La situación se volvía cada vez más pesada, y el hecho de que no podía volver a la universidad temporalmente le hacía sentir impotente.
Un día, mientras estaba en casa, recibió un mensaje de Hyunjin. "Estoy aquí para apoyarte. Juntos podemos aclarar esto". La calidez de sus palabras la reconfortó, y a pesar de todo, ella sentía que no estaba sola.
Decidida a encontrar respuestas, Felix empezó a investigar por su cuenta. Habló con compañeros de clase y buscó cualquier prueba que pudiera ayudar a demostrar su inocencia. Cada conversación la acercaba más a la verdad, pero aún le faltaba el rompecabezas final.
Finalmente, después de días de trabajo arduo, logró hablar con una compañera de equipo que había sido testigo de lo que realmente sucedió con los uniformes. La chica, que era amiga de Karina, le confesó que había visto cómo Karina había escondido los uniformes en su taquilla para culpar a Felix.
-No te preocupes, Felix. Estoy dispuesta a testificar a tu favor -dijo la chica, y eso le dio a Felix un nuevo aire de esperanza.
El día de la audiencia llegó, y Felix se sintió nerviosa mientras se preparaba para enfrentarse a sus acusadores. En el fondo de su mente, sabía que estaba en lo correcto, pero la ansiedad la invadía. Cuando entró al despacho del decano, Hyunjin estaba a su lado, brindándole apoyo silencioso.
Durante la audiencia, la compañera de Felix testificó, y la atmósfera cambió. Karina, que estaba presente, se veía visiblemente nerviosa. A medida que las pruebas se presentaban, la verdad comenzaba a salir a la luz.
Finalmente, el decano se dirigió a Felix. -Después de revisar toda la evidencia y los testimonios, hemos determinado que las acusaciones eran infundadas. Tu suspensión será levantada, y puedes regresar a la universidad una vez que se resuelva el asunto.
Una sensación de alivio la inundó. Había luchado con todo lo que tenía y, aunque el camino no había sido fácil, finalmente había logrado superar esta injusticia.
Salió del despacho con Hyunjin a su lado, sintiéndose como si finalmente pudiera respirar de nuevo. Las lágrimas de felicidad brotaron mientras él la abrazaba.
-Lo lograste, Felix. Estoy tan orgulloso de ti -dijo Hyunjin, y en ese momento, todo parecía posible.
Felix sonrió entre lágrimas. Había superado un gran obstáculo y sabía que podía enfrentar cualquier cosa que viniera después. Con la cabeza en alto y un renovado sentido de propósito, estaba lista para comenzar un nuevo capítulo en su vida, un capítulo donde su voz sería escuchada y su valor nunca sería cuestionado.
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LA MEJOR AMIGA O LA MUJER DE HYUNJIN?
FanfictionTítulo: La mejor amiga o la mujer de Hyunjin En la vibrante atmósfera de la universidad, Hyunjin, un carismático estudiante de negocios de 21 años y 1.83 m de altura, ha encontrado el amor en Karina, una brillante y talentosa chica de 20 años que su...