Re: Mercenario Interdimensional

Volumen 1: Prólogo: Capítulo 2

Una vez más, Adán sintió que su conciencia se agitaba y su mente se sentía despierta.

Al abrir los ojos, vio un entorno diferente. Ya no estaba atado a una mesa de operaciones, sino dentro de una especie de cápsula y podía sentir los escalofríos que le perforaban los huesos y que desaparecían rápidamente.

Fuera de la cápsula está ese hombre nuevamente, el que lleva una túnica negra tipo sacerdote y que sostiene un bastón con un águila dorada en la parte superior.

Una vez que la cápsula se abrió con un silbido, Adam permaneció inmóvil por un momento, mirando al hombre con odio. El responsable ordenó a esos fanáticos lunáticos del culto a las máquinas que lo abrieran y lo rellenaran con numerosos implantes, haciéndolo menos humano y más una abominación transhumana aumentada.

En el momento siguiente, Adam no dudó. Sabía lo que hacían esos aumentos que le habían hecho. Puede ver esos cambios reflejados en su Pantalla de Estado, que es su único entretenimiento durante las largas y tortuosas operaciones.

Se lanzó desde la cápsula para atrapar y aplastar a ese hombre de aspecto frágil hasta matarlo en venganza. Sin embargo, el hombre sonrió en lugar de parecer preocupado.

De repente, una fuerza invisible se estrelló contra él desde arriba y estrelló la cara de Adam contra el duro suelo de metal.

"Veo que eres muy luchador. Eso es bueno. Significa que estás en buena forma y lista para la prueba", dijo el hombre antes de que dos figuras altas e imponentes con armaduras doradas y armas híbridas de pistola y alabarda llegaran para recogerlo y arrastrarlo a otro lugar.

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Momentos después, Adam se encontró arrojado a un cuadrilátero de gladiadores y le arrojaron algunas armas: una pistola voluminosa y una espada con motosierra. Antes de que una puerta al otro lado del cuadrilátero se abriera para revelar una criatura que solo podía describir como un demonio.

Piel similar al cuero rojo, un par de cuernos retorcidos en su cabeza de forma extraña que empuña una espada envuelta en fuego de los infiernos.

El Daemon gruñó al ver a Adám e inmediatamente corrió hacia él con alegría sedienta de sangre.

Hay que reconocer que Adam no entró en pánico, probablemente porque se dio cuenta de que la muerte ya no era una posibilidad, estaba encadenado a su cuerpo y bendecido para siempre o, en su caso, maldecido a regresar una vez que su poder regenerativo antinatural se apoderara de su cadáver.

Se inclinó con calma y tomó las dos armas que le habían dado e inmediatamente la información del método necesario para manejarlas por completo se vertió en su mente junto con técnicas como puntería y esgrima a pesar de nunca haber sostenido o manejado un arma y una espada en ambas vidas.

Luego apuntó el arma que identificó como Bolter al Demonio Menor de Khorne que se acercaba, Bloodletter, lo cual estaba indicado por una pantalla flotando sobre él que mostraba su nombre y una barra verde debajo.

Una vez que apretó el gatillo, el Bloodletter notó el disparo y esquivó la bala propulsada por cohete que apuntaba a su cabeza antes de continuar su ataque. Pero, lamentablemente, Adam disparó otro tiro inmediatamente después del primero que apuntaba al lugar al que predijo que se movería el Bloodletter y la bala dio en el blanco, lo que provocó que el cráneo del Daemon explotara en una lluvia de sangre.

Adam bajó el brazo que sostenía el Bolter y giró la cabeza hacia la izquierda, mirando la reunión de personas de alto perfil en la tribuna elevada donde puede ver a esos gigantes dorados rodeando a uno aún más grande hablando con el tipo de túnica negra.