Re: Mercenario Interdimensional

Volumen 2: Nuevo Mundo: Capitúlo 34

Últimamente, Adam se sentía extraño, como si algo no estuviera bien. Durante mucho tiempo, no había tenido sueños frecuentes, probablemente debido a sus malos hábitos de sueño. A menudo, se encuentra durmiendo sin sueños y rara vez tiene algún sueño.

Pero eso cambió hace una semana.

Comenzó con el sueño en el que lo transportaban a otro mundo, como uno de esos clichés de Isekai tan usados. A partir de entonces, sigue teniendo estos sueños similares día tras día.

Le parecieron tan vívidos y realistas que ya casi no podía descartarlos como simples sueños.

Todas las noches lo perseguían esos terribles sueños en los que personas con túnicas horribles lo ataban a una mesa de operaciones y lo sometían a torturas igualmente horrorosas y terribles que a menudo lo hacían despertar en mitad de la noche empapado en sudor frío.

La situación se puso tan mal que fue al médico y le recetaron pastillas para dormir para combatir el insomnio, pero eso no detuvo esos sueños.

Adán continúa soñando con esas terribles pesadillas en las que se transformaba en un enorme guerrero con armadura plateada, luchando contra la abominación demoníaca.

Cada una de esas experiencias se sentía tan vivida, como si él estuviera allí, en esa realidad, luchando contra esas abominaciones. Cada emoción y pensamiento del guerrero plateado era sentido por él como si fueran sus propias emociones y pensamientos.

———

—Joder... ¿qué demonios me está pasando? —Adam estaba realmente angustiado y exhausto.

Era otro de esos sueños que lo atormentaban.

Pero esta vez, tuvo un sueño sobre una batalla contra cierta entidad. Un sueño hermoso, pero debajo de su belleza hay un horror que va más allá de la comprensión mortal.

Incapaz de volver a dormir, Adam se levantó de la cama y se preparó una taza de café antes de salir al balcón a fumar un cigarrillo y relajar su mente estresada.

Sintiendo el aire frío y fresco de la mañana temprano, Adam enciende su cigarrillo antes de mirar hacia el cielo oscuro, preguntándose qué le está pasando.

Pero de repente oyó algo.

"Miau~"

—¿Hm? —Adán giró la cabeza y vio un gato negro saltando del balcón del vecino al suyo.

—¡Fuera! ¿No ves que estoy fumando aquí, gato tonto? —Ray intentó ahuyentar al gato preocupado, pues recordaba que el humo del cigarrillo afectaría incluso al animal.

Pero el gato, siendo un gato, ignoró las palabras de Adán y se acercó a él maullando aún más como si pidiera comida.

"Jaja... ni siquiera puedo fumar tranquilo", se queja Adam y toma una tijera para cortar la parte encendida del cigarrillo y guardar el resto para más tarde. Ya es lo suficientemente pobre como para no poder permitirse el lujo de desperdiciar ni uno.

Después de guardar su cigarrillo, Adam alcanza al gato que está cerca de sus piernas y lo lleva a su regazo.

—Ya que vienes a molestarme, al menos déjame acariciarte a mi gusto —dijo antes de colmar de caricias y mimos al gato mientras este ronronea bajo sus hábiles manos.

"Hmph, aunque a este venerable no le importa que lo acaricien y lo adoren, este venerable preferiría una chica linda en lugar de una fea... "

"¡Un fantasma!" Adam no lo dudó y arrojó al extraño gato parlante al que etiquetó como fantasma desde el balcón del piso 12.