mateo's pov
Una presión aún más fuerte y ella estaría muerta frente a mí.
¿Tan poco miedo a morir tiene?
Chasquee la lengua y miré a Nicole, que seguía observando el mismo punto fijo hace como 20 minutos y ya empezaba a dar miedo.
— Nena, pareces una loca mirando así — moví una de mis manos frente a su cara
La humana parpadeó lentamente, saliendo de su trance
— ¿Vos... porque decidiste no matar a mi mamá? — consultó subiendo la mirada lentamente hacia mi rostro — casi me mataste y no te importó... ¿porque con ella fue diferente?
¿Por qué no la maté? Porque sabía que si lo hacía, Nicole me odiaría y se negaría a ayudarme. Aunque someterla para que lo hiciera no era algo que me costara hacer, no era lo que había planeado para ella. Quería que accediera voluntariamente.
Sonreí.
— Tu... mamá no es como vos, Hija de la Luna Roja — exclame en voz baja — vos tenes algo que yo necesito, aunque todavía no sabes que lo tenes
Nicole frunció el ceño, confundida.
— ¿Qué es? — preguntó, su voz llena de curiosidad.
Me reí, sonriendo ampliamente.
— Todavía no es tiempo de que lo sepas y yo no soy quien debe decirlo — aclare — pero lo que si deberías saber, es que sos poderosa... y peligrosa
Nicole se estremeció, reflejando en su mirada el miedo que la consumía. La luz tenue de la habitación parecía enfatizar su palidez, y su respiración agitada era audible en el silencio.
— ¿Qué queres de mí? — preguntó, en un susurro que apenas se escuchaba
Me acerqué a ella sin responder, con mi mirada fija en la suya.
— Todo y nada a la vez — extendí las alas, cubriéndonos con ellas hasta quedar en total oscuridad — ¿entendes?
La ojiverde retrocedió ligeramente, pegando los brazos a su cuerpo para que mis alas no la tocaran.
— No — exclamó confundida
— ¿Serías mi reina si te lo pidiera? — indague en voz baja
Nicole frunció el ceño, desconcertada.
— ¿Qué? — dudo sin creer lo que estaba escuchando — no.
— ¿Morirías por mí? — consulté— ¿harías todo lo que te pidiera?
Todo parecía estar pausado a la espera de las respuestas de la morocha.
— Me das miedo, Mateo — colocó las manos en mi pecho para separarnos, y noté como su tacto cálido contrastaba con el frío de mi piel — sos muy raro.
Me reí, sintiendo su miedo y su indecisión.
— Sólo quiero saber que tan dispuesta estás a servirme, Nicole
Ella se estremeció, mirándome con desconfianza.
— ¿Quién me asegura que no vas a matarme después de que lo haga? — indagó con un leve temblor en el tono de su voz.
La carcajada que largué hizo que mi cuerpo vibrara.
— Esto es fácil de comprender, Hija de la Luna Roja — aclare — si vos me obedeces, yo no te mato.
Observé cómo su pecho subía y bajaba rápidamente en consecuencia de su respiración agitada.
— Pero si no, ya sabes de lo que soy capaz — agregué sin separar mi mirada de la suya.
Nicole se mantuvo firme, a pesar del miedo que la consumía.
— No me da miedo morir — susurró — pero no confío en vos.
Su mirada se centró en mi cuerpo , como si buscara algo.
— Tu aura es extraña — continuó diciendo — me das mala vibra.
Me reí de nuevo, sorprendido por que nunca dejaba de decir cosas que la ponían en peligro.
— Soy un demonio, morocha — le recordé en voz baja — soy la personificación de lo malo de este mundo.
Sin responder, bajó la mirada fijándola en mi pie derecho, donde la cadena gruesa y oxidada brillaba en la oscuridad, sujeta a un anillo en mi tobillo.
— ¿Qué es eso?
— Una cadena — bromee con algo de sarcasmo
— ¿Por qué tenes puesto algo así?
— Es un recordatorio — le informé abriendo las alas y posicionándolas detras de mi espalda — de mi... pasado.
— ¿Quién te castigó de esa manera? — preguntó agachándose para observar con detenimiento a aquel objeto
— El que gobierna el infierno, o sea, mi papá — reí con ironía — digamos que él fue influenciado por alguien más y ya no quiere verme
Nicole se levantó con una expresión de sorpresa en su rostro
— ¿Por qué? — preguntó sentándose en la cama — necesito saber el chisme completo
Me encogí de hombros.
— Porque soy un problema que no pueden controlar — hice una mueca — y porque el demonio que mal influenció a mi papá quiere tener todo lo que me pertenece
— ¿Que podrías perder si lo enfrentas y sale todo mal?
— Yo no perdería nada más que mi poder y mi derecho al trono — trague saliva — pero vos... vos perderías tu alma
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por ahora van a ser pocos los capítulos q narre Mateo pero cada q lo haga va a ser para ponerlas en contexto d todo lo q el sabe o sus verdaderas intenciones
