02 - 𝔣𝔦𝔩𝔦𝔞𝔪 𝔩𝔲𝔫𝔞𝔢 𝔯𝔲𝔟𝔯𝔞𝔢

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Me rendí y deje de intentar cerrar aquel extraño libro. Encendí la lámpara de mi mesa de luz y me senté a ver con detenimiento la página que tenía frente a mi: amarillenta y desgastada, con bordes irregulares que parecían haber sido recortados con una navaja. El texto, escrito en latín con letras góticas, parecía bailar en la oscuridad. No entendía el significado de algunas palabras, pero sentí un escalofrío al recorrerlas con mi dedo.

— "Invocatio Tenebrarum" — leí en voz baja. ¿Qué significaba?

Mi mirada se desplazó hacia el dibujo grotesco de un ser alado que adornaba el margen superior. Sus ojos parecían mirarme directamente, y sentí un estremecimiento en los huesos.

La tinta parecía haberse corrido en algunos lugares, como si el propio papel estuviera sangrando. Me sentí atraída por la belleza oscura y misteriosa de la página, sin sospechar que estaba a punto de desencadenar una fuerza que cambiaría mi vida para siempre.

Mi corazón latía velozmente mientras seguía leyendo:

"Clavis inferni" — trague saliva al asociar esa palabra con infierno — "filiam lunae rubrae"

Eso si lo entendí. Hija de la luna roja, ¿a quién se refería?

Mi atención se desplazó hacia la siguiente línea, donde la letra parecía bailar en el papel:

"In regno tenebrarum, circumdatus lamentis,
Princeps Tenebrarum expectat Filiam Lunae Rubrae,
Cuius cutis candida qua nitet luna,
Oculi smaragdini, capilli noctis tenebrae.

La traducción latina parecía dar vueltas en mi mente, pero una sensación de familiaridad me invadió. Era como si ya hubiera leído esas palabras antes, aunque sabía que no era posible.

Erit salus et interitus eius,
Destinata in amore et tenebrae,
Elegida per Dominum Tenebrarum,
In amore et morte"

Mi corazón mucho más rápido, como si estuviera anticipando algo. La palabra "interitus" me hizo estremecer; significaba "perdición" o "destrucción". ¿Qué tipo de salvación podría estar relacionada con la perdición?

Me detuve en la última línea, donde la tinta parecía haberse corrido formando una mancha oscura:

"Clavis Inferni, aperitur porta tenebrarum."

La llave del infierno, se abre la puerta de las tinieblas. Sentí un escalofrío en la espalda. ¿Qué puerta se abriría? ¿Y qué tinieblas se liberarían?

Me sentí envuelta por una sensación de inquietud y peligro, así que inmediatamente corrí a encender un incienso de Mirra. La letra en el papel parecía estar cobrando vida, llamándome hacia un abismo oscuro pero algo dentro de mi me decía que debía alejarme.

Es... suficiente — me dije a mí misma, tratando de calmar mi respiración agitada.

Cerré el libro con un golpe seco, como si al hacerlo pudiera cortar el hilo que me unía a aquellas palabras oscuras. La habitación pareció iluminarse de nuevo, y la sombra que había caído sobre mí se disipó. Me levanté de la cama. decidida a alejarme de aquel libro y sus secretos peligrosos. Pero al hacerlo, mi voz susurró una frase sin que yo lo pretendiera:

"Sequere me, Filiam Lunae Rubrae..."

Me detuve, sorprendida por mi voz, que no sonaba como mi voz. ¿Qué significaba eso? ¿Por qué había dicho esas palabras? Un escalofrío me recorrió la espalda y se penetro en mis huesos.

Sacudí la cabeza, tratando de deshacerme de la sensación de inquietud que me invadía.

No — me dije firmemente — no voy a involucrarme en esto.

Me alejé del libro, decidida a dejar atrás su misterio y su peligro. Pero la sensación de que algo había cambiado dentro de mí persistía, como una sombra que me seguía paso a paso.

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