— Decime que no me estoy volviendo loca y que lo que me estás diciendo no es verdad — le pedí a Mateo que me observaba desde un rincón de la habitación
— Eso es algo que no puedo hacer — subió y bajo los hombros — es la tercera vez que te lo digo
— ¿Almas en pena, boludo? — hice montoncito luego de reír — no entiendo cómo puedo verlas si nunca antes lo había hecho
— Y si siempre estuvieron ahí — me dio la razón
— Por eso en los cementerios se siente esa vibra tan rara — asentí con la cabeza
— Y te marcaron porque percibieron el aura que te rodea y seguramente creen que podes ayudarlos a cruzar al más allá — continuo diciendo
— Es una pelotudez lo que estás diciendo — exclamé elevando el tono de mi voz — ¿como mi aura va a atraer a almas en pena?
Mateo se encogió de hombros.
— Se supone qué haces brujería, y que sabes de estas cosas — dijo jugando con un peluche que estaba sobre mi escritorio — pero actúas como si nada de esto fuera real, y sabes que lo es
— ¡Nada de eso es verdad! — le grité completamente frustrada y sintiendo que el hombro me dolía — ¡es que no puedo creer que estés diciendo que soy responsable de atraer a las almas en pena!
— Nicole, no estás escuchando — bufó, igual de frustrado que yo a la vez que se acercaba hacia mi — en primer lugar, yo nunca dije que eras la culpable de atraerlas, lo que quiero es que seas consciente de lo que está pasando, de que ya no estas segura estando sola y que necesitas protegerte más
— Vos no sabes una mierda — reí — no sabes cómo me siento con todo esto, solo venís y me hablas de cosas que no entiendo y me culpas por cosas que no sé qué son
Él se detuvo en seco, y en su cara se notaba que ya estaba perdiendo la paciencia.
— Cálmate — exclamó — me estas hartando, y yo que solo te quería cuidar
— ¿Cuidarme? ¿vos? — me burle comenzando a enumerar — intentaste matarme dos veces, me basureas, dejaste que mataran a mi mamá y vivis poniéndome en peligro, ¿en serio crees que me cuidas?
— Te mantengo con vida, al menos, eso es cuidarte
— Si no hubieras aparecido en mi vida, nada de esto estaría pasando — lo interrumpí
Mateo me miro divertido mientras reía.
— Ahora todo el mundo va a pensar que estoy loca — continúe pegándole con un almohadón — se van a burlar aun mas de mi y me recalcar lo rara que creen que soy
— Ya eras rara desde antes de que yo llegara, no me culpes a mí — dijo con ironía
— Pero empeoró desde que vos llegaste
— No, no es así — dijo acercándose nuevamente y mirándome con aires de superioridad — yo solo te dije la verdad, no puedo controlar lo que los demás piensen.
— Me da igual lo que puedas o no puedas hacer — comencé a golpearlo con fuerza en el pecho — lo que me importa es que ahora mi vida es un infierno por tu culpa y no sé cómo voy a poder soportarlo
— ¿Para que me invocaste entonces? — indagó empujándome para que ya no siguiera pegándole
— Yo nunca quise invocarte — camine rápidamente hacia él para devolverle el empujón — yo.. yo no lo hice
— ¡Pero me invocaste, Nicole! — gritó con su voz en un tono grave — ¡y ahora no podes culparme por todo lo qué pasó como si esto no fuese tu culpa también!
Le devolví el empujón con fuerza, logrando que retrocediera un paso.
— Lo único que has hecho es usarme... mentirme y manipularme para tu puta conveniencia
La situación se estaba volviendo cada vez más tensa, y no sabía cómo iba a terminar. Pero una cosa era segura: no iba a permitir que Mateo me siguiera controlando y mintiendo.
— Si según vos no me invocaste, ¿cómo explicas entonces que en un momento estuviese encarcelado en el infierno y que al abrir y cerrar los ojos estuviese en la habitación de una bruja que curiosamente tenía un libro de hechicería peligroso? — indagó mientras me miraba con una sonrisa irónica — ¿fue solo una coincidencia, morocha? ¿o fue algo más?
— ¿Porque estabas encarcelado? — indagué pestañeando unas cuantas veces
— La puta madre, no me cambies de tema — se pasó la mano por los rulos para peinarlos — ¡sabes que me invocaste! ¡sabes que me llamaste, no podes negarlo!
Y con eso, dio un paso hacia mí. Sus ojos brillaban con una intensidad que me hizo dar unos cuentos pasos hacia atrás. Me di cuenta de que había ido demasiado lejos, o de que quizás estaba tocando temas que eran delicados. Y que ahora, Mateo estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para callarme.
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hasta q capitulo podrían aguantar q estos dos se odien? (pregunta seria)
(les dejo un temazo arriba)
