03 - 𝔭𝔞𝔱𝔬 𝔠𝔯𝔦𝔬𝔩𝔩𝔬

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"Sequere me, Filiam Lunae Rubrae..." Era lo único que daba vueltas en mi cabeza. No eran los ejercicios de matemática que tenía plasmados en la hoja, ni la evaluación de química del lunes siguiente, era esa frasecita y la pregunta que le seguía: ¿A quién debía seguir?

— Cucco, pase al pizarrón a resolver el ejercicio 6 — dijo el profesor llamando mi atención.

Asentí con la cabeza y me levanté de mi asiento, escuchando las risas y murmullos del grupo de Clara.

— Rarita — habló en voz baja.

La ignore solo por el simple hecho de que escuché una voz susurrando en mi oído.

— "Domina umbrae, veni ad me"

Me detuve un instante, confundida. Miré alrededor, pero nadie parecía haber escuchado nada.

— ¿Nicole? — dijo el profesor, notando mi pausa — ¿Estás bien?

Asentí con la cabeza, tratando de recobrar la compostura.

Eh... si profe, todo bien

Pero la voz volvió a susurrar.

— Mater tenebrarum....

Las voces parecían provenir de todas partes y de ninguna al mismo tiempo.

Sentí un escalofrío en la espalda. ¿Quién o qué estaba hablando en mi oído? ¿Por qué me llamaba?

Mi corazón latía más rápido. Me sentí perdida y confundida.

No — respondí en silencio, en mi cabeza — no te voy a seguir porque no sé quién sos ni mucho menos que queres...

La voz en mi cabeza se rió, una risa baja y misteriosa, pero con un tono grave.

—"Mater Tenebrarum..." — repitió, como si estuviera saboreando las palabras.

Me estremecí. ¿Cómo podía una voz ser tan intensa, tan real?

De repente, la clase se desvaneció a mi alrededor. Los estudiantes, el profesor... todo se convirtió en una neblina borrosa.

Solo quedamos aquella voz y yo.

— ¿Quién sos? — pregunté en silencio, pero con la cabeza hecha un lío.

La voz se calló. El silencio fue absoluto.

Y entonces, como un susurro en el viento, escuché:

— "Un amigo... un enemigo... un destino".

Mi corazón saltó un latido. ¿Qué significaba eso?

La neblina comenzó a desvanecerse, y la clase volvió a enfocarse. El profesor me miraba con preocupación.

— Nicole, ¿estás segura que estás bien?

Asentí con la cabeza, tratando de sonreír.

Solo... estoy un poco distraída

Pero la voz en mi cabeza ya había sembrado la semilla de la duda.

¿Quién era ese misterioso interlocutor? ¿Y qué quería de mí?

[...]

Llegué a casa, empapada por la lluvia torrencial. Ate mi pelo en una cola alta y me dirigí hacia mi habitación, buscando un refugio cálido y seco.

Al entrar, mi mirada se detuvo en el libro que estaba sobre la mesa de luz. Estaba exactamente donde lo había dejado el día anterior, pero ahora parecía diferente. La cubierta de color bordo parecía absorber la luz de la lámpara, y las páginas amarillentas parecían estar esperando.

Me acerqué y sentí que el libro comenzaba a susurrarme palabras en latín.

— "Veni, Mater Tenebrarum..."

Me estremecí. ¿Cómo podía un libro estar hablando?

— "Aperi oculos tuos..."

La voz era baja y suave, pero igualmente me provocó un escalofrío en la espalda.

— "Legere et intelligere..."

Mi corazón latía más rápido. ¿Qué significaban esas palabras?

La voz continuaba susurrando a medida que me acercaba y tomaba el libro, pero ahora parecía venir de dentro de mi mente.

— "Princeps Tenebrarum te expectat..."

La habitación se enfrió. La lluvia parecía cesar y yo me senté en la oscuridad, rodeada por el sonido de esta última que golpeaba levemente contra las ventanas. El libro estaba abierto en mi regazo, la página de la profecía iluminada solo por la luz de un rayo que se colaba por la ventana.

— "In regno tenebrarum, circumdatus lamentis..." — leí en voz baja, sintiendo que la temperatura de la habitación bajaba a medida que avanzaba en la lectura — "Princeps Tenebrarum expectat Filiam Lunae Rubrae..."

La voz en mi cabeza comenzó a susurrar, como si estuviera uniéndose a mi lectura.

— "Cuius cutis candida qua nitet luna..."

Sentí un escalofrío en la espalda. La descripción era inquietante.

— "Oculi smaragdini, capilli noctis tenebrae..."

Mi corazón latía más rápido. ¿Quién era la Filiam Lunae Rubrae?

— "Erit salus et interitus eius..."

La voz en mi cabeza se hizo más fuerte, más demandante.

— "Destinata in amore et tenebrae..."

Sentí que me ahogaba, que la habitación se cerraba sobre mí.

"Elegida per Dominum Tenebrarum..."

La oscuridad parecía tener forma, parecía estar viva en una esquina de la habitación. Y me observaba, sentía ese peso sobre mi.

—"In amore et morte."

La última palabra resonó en mi mente.

La voz en mi cabeza se calló.

Y entonces, un cortocircuito hizo que la habitación se sumiera en la oscuridad total.

Me asusté y, en la confusión, mi dedo resbaló por la hoja del libro.

Un dolor agudo me recorrió el dedo y un grito escapó de mi garganta.

La sangre comenzó a brotar de la herida.

Y me desmayé, consumida por la oscuridad.

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¿LISTAS PARA EL MATEO DEMONIO PERO PARA NADA HUMANO? (si va a tener la forma humana q conocemos pq tiene poderes pero no va a ser en el próximo cap)

𝐏𝐄𝐑𝐅𝐔𝐌𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora