Regreso

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Ahora si con el pelo largo ☆*: .。. o(≧▽≦)o .。.:*☆



—Cada vez que despierto, me pregunto por qué sigo respirando —comentó Aegon con un tono de humor sombrío, acostado en su cama mientras Ser Arryk se sentaba en una silla cercana y Dyana se mantenía de pie cerca de la puerta.

—¿Saben? Ya he superado lo que dije cuando estaba borracho. Lo que realmente no puedo superar es lo otro, por los dioses —dijo, cubriéndose la cara con las manos en un gesto de vergüenza.

Ser Arryk y Dyana intercambiaron miradas comprensivas. Aunque la situación era difícil, Aegon estaba claramente tratando de lidiar con su propia incomodidad y culpa con un poco de humor autocrítico.

Con una sonrisa comprensiva, Ser Arryk respondió:

—Calma, mi príncipe. Aún estamos en el quinto mes del tiempo que te dieron. Para el siguiente mes, verás que todo se resuelve.

Aegon soltó una risa, sacudiendo la cabeza en señal de escepticismo.

—No creo que sea tan fácil —dijo entre risas—. Pero bueno, solo me disculparé por lo que dije. Me perdonarán, tienen corazones de pollo. ¡Me aman! Solo mírame, ¿quién puede resistirse a mí?

Con una chispa de alegría en sus ojos, Aegon continuó:

—Lo demás, simplemente fingiré que no pasó. Diré que fue culpa del alcohol y que olvidé todo. Y así, todos felices y contentos.

Dyana, que estaba cerca de la puerta, no pudo evitar sonreír ante la actitud desenfadada de Aegon.

—¿Y qué pasa si alguien trae a colación los detalles de tu discurso borracho? —preguntó, tratando de mantener una expresión seria.

Aegon se recostó en la cama con un gesto dramático.

—¡Entonces, les diré que están inventando historias! —dijo con una sonrisa burlona—. "¿Yo dije eso? ¡Debe ser el vino hablando! ¿No lo ven? ¡Mi encanto y mi soberanía son lo único que importa aquí!"

Ser Arryk, manteniéndose en su silla, río suavemente.

—Entonces, ¿dejarás que todo pase sin más?

Aegon se levantó de la cama y comenzó a caminar por la habitación con un aire teatral.

—¡Exactamente! —dijo con entusiasmo—. Me convertiré en un maestro del arte del olvido. "¿Qué dije sobre Davos y el pobre Jacaerys? ¡Oh, nada importante, solo una borrachera pasajera!"

Se detuvo y miró a Ser Arryk con una expresión seria, pero con un brillo en los ojos.

—Aunque, si la situación se complica, prometo hacer una gran obra de teatro en el salón principal. Solo necesito un par de disfraces y unos músicos. ¡El príncipe que se volvió loco por el vino, un clásico!

Ser Arryk se rió abiertamente, y Dyana se unió a la risa, viendo cómo Aegon lograba manejar su situación con humor.

—Bueno, mi príncipe, si eso es lo que necesitas para seguir adelante, te apoyaré. Aunque me temo que tendrás que hacer algo más que fingir para convencer a todos.

Aegon se echó en la cama con un gesto exagerado de agotamiento.

—¡Siempre hay un obstáculo más! —dijo con un tono dramático—. Pero lo superaré, como siempre. ¿Quién puede resistirse a mi encanto, después de todo?

—Bueno, mi príncipe —dijo Dyana con una risa suave—, levántese. Debe arreglarse para celebrar el cumpleaños del rey.

Aegon se estiró perezosamente y sonrió, todavía en tono juguetón.

Segunda vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora