Segunda vida.

Te lo dije

BUENAAAAAAAAAAAAS ༼ つ ◕_◕ ༽つ

Les cuento que en estos días me acabe las 4 temporadas de 911 lone star ('▽'ʃ♡ƪ) me enamore de la pareja del policía y el paramédico, ahora si el capítulo jaja

Les cuento a ustedes porque mi familia ni amigos saben que veo cosas así y mucho menos que escribo de una historia de dos hombres :v

Jacaerys dio un paso más cerca de Aegon, su mirada fija y sincera. —No podemos seguir posponiendo las cosas o fingiendo que todo está bien. Necesitamos ser honestos el uno con el otro y enfrentar nuestras dificultades juntos. No puedo esperar que tú decidas cuándo estaré a tu lado. Necesitamos un entendimiento claro.

Aegon se quedó en silencio, incapaz de encontrar las palabras adecuadas. La confusión y la sorpresa se reflejaban en su rostro. Nunca antes había experimentado tal vaciamiento mental, como si su mente hubiera quedado en blanco de repente.

—Hablaremos de esto cuando vuelva —dijo Aegon con firmeza, intentando restaurar un poco de normalidad en la situación.

Jacaerys asintió lentamente, reconociendo que no tenía más opciones que esperar a que Aegon regresara. La tensión en el aire era palpable, y aunque intentaba mantener la calma, el silencio seguía siendo abrumador.

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A la mañana siguiente, Aegon había desaparecido del castillo, dejando a la familia sumida en una atmósfera de inquietud. Mientras se reunían para el desayuno, Jacaerys se encontraba en un tormento interno visible. Sus emociones fluctuaban de manera descontrolada; de la sonrisa a la frustración, luego a la confusión, sin un patrón claro.

Daemon, sentado al final de la mesa, observaba la escena con una mirada divertida, como si disfrutara del torbellino emocional de Jacaerys. Sus ojos brillaban con un toque de diversión mientras el joven príncipe pasaba de un estado emocional a otro, incapaz de encontrar estabilidad en su mente perturbada.

—¿Algo en particular que te preocupe, Jacaerys? —preguntó Daemon con un tono burlón, sin dejar de disfrutar del espectáculo.

Jacaerys giró la cabeza para mirar a Daemon, su expresión tan enredada en emociones contradictorias que ni él mismo podía descifrarla. Su rostro se sonrojó intensamente de vergüenza al darse cuenta de la atención que estaba atrayendo. La risa burlona de Daemon resonó en la sala, amplificando aún más la incomodidad de Jacaerys.

Los demás presentes intercambiaron miradas curiosas y confundidas, sin comprender del todo lo que estaba ocurriendo. El ambiente en el comedor se tornó aún más incómodo con la risa de Daemon y la evidente incomodidad de Jacaerys, creando un contraste palpable en la dinámica familiar.

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Aegon y Ser Arryk se alejaron del castillo en dirección al puerto. Una brisa fresca agitaba las velas del barco que los esperaba, y ambos caminaron en silencio, enfocados en la tarea. Al llegar, subieron a bordo y el barco comenzó a moverse suavemente a través del agua, dirigiéndose hacia la isla que Aegon conocía bien.

Tras algunas horas de viaje, la embarcación llegó a la costa de la isla. Aegon bajó del barco, sus botas hundiéndose ligeramente en la arena húmeda mientras miraba hacia el horizonte. Se despidió de su escudero con un gesto firme y sencillo, acordando encontrarse en ese mismo lugar después de cinco días.

—Nos vemos en cinco días—dijo Aegon sin más preámbulos.

—Cinco días, mi príncipe—respondió Ser Arryk, asintiendo con una inclinación de cabeza antes de regresar al barco.