La sonrisa en el rostro de Jolie era tan grande y llena de felicidad que nadie podía apartar la mirada de ella y sonreír por igual. Junto a ella, en ese día tan importante y especial donde al fin podía abrir su firma al público, estaba toda su familia y sus amigos, siendo testigos de uno de sus más grandes sueños.
Largos meses de trabajo valían la pena cuando miró a su alrededor y la satisfacción le llenó el pecho. El bufete estaba ubicado en el piso más alto de uno de los edificios pertenecientes a los padres de Kian y era tan perfecto como lo había imaginado. Tenía una vista privilegiada de la ciudad, lo que lo hacía aun más maravilloso. Los primeros cinco abogados que trabajarían de su mano estaban allí con su familia, igual de emocionados y ansiosos por empezar a trabajar.
El bufete era grande y aun sobraban oficinas, por lo que Jolie no se preocupaba por el personal, después de todo, allá afuera había cientos de abogados esperando por una oportunidad y ella estaba más que feliz de poder recibirlos y crecer todos juntos. Su sueño era toda una realidad, todo lo que quería e incluso más de lo que un día pudo desear.
No quería llorar, pero sus lágrimas salieron sin que ella pudiera contenerlas. Estaban tan feliz, celebrando con su padre un paso que había dado gracias a él y la guio hasta el final, con su familia, amigos y nuevos colegas.
—¿Por qué lloras, mi amor? —inquirió Darius, sonriendo al verla con los ojos tan brillantes y más expresivos que nunca—. Deberías estar feliz y sonreír.
—Estoy tan feliz que no sé por qué me salen lágrimas —dijo, soltando una risita y limpiándose el rostro—. No puedo dejar de llorar. Todo esto más de lo que pude desear y...
Se esposo la atrajo a su cuerpo y le acarició suavemente la espalda, besando su frente. La entendía, en ese momento la felicidad la rebasaba hasta tal punto de hacerla llorar.
Permanecieron abrazados por largos minutos en completo silencio hasta que ella dejó de llorar y le regaló una de las sonrisas más dulces y amorosas que le haya dado. Amaba a la verdadera Jolie, a esa que amaba, sufría, lloraba, era feliz; que sentía y hacía sentir con la misma intensidad.
—Te amo —le dijo ella en un susurro, logrando que su corazón diera un vuelco violento en su pecho—. Gracias por estar conmigo, amarme como lo haces y ser testigo de todo lo bueno que me pasa.
—Tus logros son míos, amor. Estaré siempre para ti, en las buenas y en las malas —acarició su mejilla—. Te amo con mi vida.
Se acercaron para besarse, pero la tierna y dulce voz de su hija los hizo reír y prestar toda su atención a ella. Darius la tomó en sus brazos y los tres caminaron por el piso, mostrándole a la niña el nuevo lugar de trabajo de su madre y respondiendo todas las preguntas que ella solía hacer.
Había algo hipnótico al verlos y es que daban la impresión de ser una hermosa y pequeña familia feliz. Loana reía en brazos de su padre y hacía que él besara a Jolie y viceversa. La ternura que transmitía todos podían sentirla, así que solo se dedicaron a sonreír mientras los veían interactuar y se sentían felices por ellos, por la vida que ahora tenían juntos.
La celebración se extendió hasta uno de los mejores restaurantes de la ciudad, donde cenaron y disfrutaron como era de costumbre, siendo una familia ruidosa, donde reían, se divertían, bromeaban y recordaban tiempos pasados y se alegraban no solo de la boda de Jolie y Darius donde sí serían invitados, sino también del pronto nacimiento del hijo de Jeray. Todos estaban felices de que su familia creciera aun más y, para no perder su costumbre, bromearon a costa de Asier y Kian, quienes seguían solteros y sin atisbo de siquiera tener una relación amorosa.
***
—¿Cómo es posible que no te quede el vestido? —inquirió la madre de Jolie, mirando a la modista con el ceño fruncido—. ¿Lo hiciste con las medidas correctas?
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Desliz[✓]
RomanceJolie creyó que huir era la solución correcta ante el desliz que cometió al casarse en una noche loca desenfrenada, pero cinco años después debe volver al lugar al que juró nunca más regresar y enfrentarse a las consecuencias de sus actos. Solo que...