La emoción que sentía Darius no podía compararla con nada en la vida. Jamás se había sentido tan ansioso y temeroso de una respuesta. Jamás había pasado una noche en vela, pensando y haciéndose ilusiones en la cabeza y el corazón.
No había pensado en ser padre nuevamente, es decir, hasta ahora estaba viviendo la experiencia con su pequeña Loana, por lo que veía muy lejano la llegada de otro hijo. Pero no iba a mentirse a sí mismo, la idea de ser padre lo hacía tan feliz como lo llenaba de miedo.
Él tenía nula experiencia con bebés. Si bien con su pequeña era todo más sencillo porque ya estaba grande, lo cierto era que de vez en cuando le frustraba no entenderla por completo. Hasta ahora empezaba a conocer lo que le gustaba y lo que no, lo que la hacía reír y lo que la hacía enfadar. Un bebé era mucha más responsabilidad, aun así, le emocionaba la idea de ser padre. Lo que tanto había deseado parecía que al fin se iba a hacer una realidad, pero a la vez, se decía a sí mismo que no se haría muchas ilusiones puesto que el resultado podría ser negativo...
Pero en su más recóndito ser anhelaba que fuese positivo, tal vez porque deseaba tanto vivir la experiencia de la paternidad completa.
Así que, nervioso y con el pulso acelerado, tomó de la mano a Jolie que se veía igual de ansiosa que él y entraron juntos a la clínica, encontrándose con sus madres que ya estaban allí.
—Me alegro tanto que hayan venido juntos —alegó la madre de Darius, sonriendo de oreja a oreja.
—Darius merecía saberlo... aun si el resultado es negativo.
—Desde luego que merece estar al tanto —asintió—. Creo que todos estamos igual de ansiosos por saber, ¿no?
Las otras tres personas asintieron, antes de que Jolie soltara un suspiro y se acercara a la recepción. Le tomó pocos minutos para que le entregaran el resultado de sus análisis de sangre, así que cuando tuvo el sobre en sus manos, se tomó un segundo para despejar el nudo de nervios que sentía en su interior.
Se acercó a su madre, a su suegra y a su esposo con las manos temblorosas y, sin saber muy bien por qué, el miedo instaurado en su corazón.
Darius no le dijo nada, solo miraba el sobre en sus manos fijamente, conteniendo la respiración. El silencio de él no era malo, pero sí la hacía desear saber lo que estaba pasando por su cabeza en ese instante.
—Ábrelo, hija —instó su madre, retorciéndose las manos con nerviosismo.
Jolie soltó un suspiro más brusco y asintió, rasgando el sobre y desplegando la hoja con una lentitud que tenía a Darius al borde de un colapso. Su corazón parecía incluso haberse detenido, no sentía que estuviese respirando.
Su mujer se fijó de primero en su nombre, para luego pasear los ojos por la hoja, ignorando los datos no importantes que había, hasta que su mirada se detuvo en el resultado esperado.
Sus lágrimas salieron, asustando a sus familiares y a su esposo que se acercó a ella y la abrazó con fuerza, pensando que el resultado era negativo y por eso su esposa lloraba de esa manera. Sentía que sus propias lágrimas estaban a punto de salir, pero las contenía para darle fuerzas a Jolie.
La noche anterior, cuando estaban acurrucados en su cama y la habitación estaba completamente a oscuras, los dos confesaron que sentían la misma emoción de saber el resultado, y si un bebé llegase pronto a sus vidas, lo amarían tanto como a Loana. Luego se besaron con ternura y amor, antes de que caer profundamente dormidos en los brazos del otro.
Darius sabía que no debía ilusionarse, pero no sabía que tenía tantos deseos de ser padre al saborear la desilusión.
—Mi amor... —susurró con suavidad, tragando el nudo que se formó en su garganta.
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Desliz[✓]
RomanceJolie creyó que huir era la solución correcta ante el desliz que cometió al casarse en una noche loca desenfrenada, pero cinco años después debe volver al lugar al que juró nunca más regresar y enfrentarse a las consecuencias de sus actos. Solo que...