Capítulo 38

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—Yo... —tragó saliva y se mordió el labio inferior con fuerza—. Cuando hui, lo hice porque me hacías sentir demasiado, tanto, que terminé asustándome y escapando no solo de ti y nuestra situación, sino también de todo lo que despertabas en mí.

El silencio tras aquella declaración fue tan largo y dejó tan impactado y sorprendido a Darius, que no se dio cuenta del momento en que había soltado a Jolie y la había dejado de mirar fijamente. Las palabras que acababa de decir daban vueltas por su cabeza y hacían que su corazón latiera con mucha fuerza.

Por otro lado, Jolie no podía creer que se atrevió a confesar su verdadero sentir, No es que le hubiese dicho que lo amó o lo quiso, pero sí que la hacía sentir muchas cosas que ni ella misma lograba comprender en ese momento en que sus deseos se mezclaban con el miedo y la furia de que su padre la obligara a permanecer casada.

Atracción y gusto siempre hubo, de no ser así, ella jamás hubiese dado un paso esa noche en la que juntos se dejaron llevar por sus deseos. Pero no sabía con exactitud qué sentía por él, si era más que un gusto o solo se trataba de cumplir sus deseos con ese amor platónico que había surgido desde el primer instante en que sus miradas hicieron conexión.

—¿y qué despertaba en ti? —preguntó en un susurro, volviendo a mirarla a los ojos.

—Darius —susurró ella en lo que pareció más bien un suspiro.

—No te cierres ni me ignores ni mucho menos trates de huir. Por favor, respóndeme —suplicó, ahora acercando su mano a su mejilla y sosteniendo su rostro—. Dime qué era lo que despertaba ti.

Ella lo miró y su corazón latía tan rápido y fuerte que creía que en cualquier momento su órgano más importante saldría corriendo de su pecho. Sentía que todo el cuerpo le temblaba y sus manos sudorosas, de repente sentía tanto calor y deseaba quitarse el abrigo y la bufando que la cubría para no sentirse tan abochornada. Aun así y con todo el pánico que estaba experimentando, estaba bajo el hechizo de su mirada y su toque, además de que las palabras estaban saliendo de su boca sin siquiera poder contenerlas.

Y es que ya no quería ocultar su sentir, porque justo en ese momento estaba tan afectada como en el pasado, con la única diferencia de que no sentía la necesidad de escapar del toque ardiente de Darius y de todo lo que cosquilleaba bajo su piel.

—Es difícil explicar lo que despertabas en mí.

—¿Por qué?

—Porque son demasiados sentires los que están colisionando al mismo tiempo —dijo y el hombre frunció el ceño—. Deseo, gusto, atracción, anhelo, temor, cariño, amor, pasión. Tantas cosas que no sé qué lo que se despierta en mí cada vez que estás cerca, me tocas o me miras.

Darius captó de inmediato sus palabras. Ella no estaba hablando en pasado, lo hacía en presente, en lo que sentía en ese mismo instante en el que estaban cerca y a solo segundos de perder la cordura.

—Pensé que con los años todo eso que despertabas en mí desaparecería, pero me bastó estar de nuevo frente a ti para que todo volviera a colisionar y de nuevo estuviera despertando. No sé lo que sentía por ti y tampoco puedo decir a ciencia cierta lo que siento ahora, pero puedo asegurarte de que más que placer y un gusto pasajero —se sentía nerviosa y temerosa, aun así le sonrió tímidamente y lo miró directo a los ojos—. Siempre has logrado despertar una llama en mí, pero no sé ese fuego a qué se deba.

—Lo descubriremos —dicho esto, acortó la distancia y la besó con una fuerza y pasión que la atontaron por varios segundos antes de que correspondiera con el mismo frenesí.

Darius acunó el rostro de ella entre sus manos e hizo que su lengua rozara entre sus labios un par de veces antes de que Jolie le permitiera explorar su boca con mayor gusto y desesperación, jugando con su cordura y provocando que incluso el aire fuese escaso, pero no tan necesario para no separarse de él.

Desliz[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora