—¿Y bien? ¿Cómo te fue en el juicio? —inquirió Darius, antes de subir al auto y partir hacia su reunión del grupo de apoyo.
Jolie sonrió de oreja a oreja, mostrándole un brillo de satisfacción y felicidad que lo hizo sentir orgulloso, pero que también aceleró los latidos de su corazón. Sus ojos azules eran tan brillantes, expresivos y sumamente magnéticos que lo atrapaban en una red que le resultaba difícil liberarse.
Ese brillo de satisfacción lo hacía sentir feliz por ella, porque sabían cuan importante era su trabajo y toda la dedicación que ponía en cada caso. La había visto moverse cuando lo de Avery con tanto profesionalismo y experiencia que, aunque le molestaba su presencia, no podía negar lo bonita que se veía desenvolviéndose en su profesión. Y ahora, que vivía con ella y se daba cuenta de las noches enteras que dedicaba a resolver los casos y atar y soltar cabos, se sentía tan orgulloso de ella. Era una de las mejores abogadas y lo demostraba con su dedicación y amor por su trabajo.
—¡Ganamos! —chilló emocionada, tomándolo por sorpresa al darle un efusivo abrazo—. La Sra. Hamilton al fin tuvo justicia y, aunque me duele en el alma que sus hijos estén sufriendo por su muerte y el encarcelamiento de su padre, estoy feliz de que la justicia haya derrotado a ese hombre que era un maldito infeliz.
—Sabía que lo lograrías —dijo, sonriendo y llevando su cabello detrás de su oreja—. Eres una grandiosa abogada, por no decir que la mejor.
—Por supuesto que soy la mejor —se jactó, sonriendo tímida y con la mirada perdida en los ojos marrones de él que le parecían tan bonitos y brillantes.
—No lo pongo en duda.
Se miraron por largos segundos antes de que subieran al auto y se pusieran en marcha. La tensión entre ellos crecía con el paso de los días y los deseos que sentían ya no los podían controlar. Sentían que en cualquier momento todo explotaría.
—Kurt me invitó a celebrar —mencionó de repente y Darius hizo una mueca—, pero le dije que no podía ya que tú y yo tenemos una cita todos los días, además de que no necesito celebrar el triunfo.
—El tipo ese tiene razón y mereces celebrar tu triunfo.
—Pero quiero estar contigo —soltó sin pensarlo demasiado, después de todo quería estar todo el tiempo que pudiese con él—. Podemos celebrar en casa, pero...
—Sin alcohol —completó él con una sonrisa que no podía borrar de su rostro y Jolie asintió—. Entonces haré una cena y compraremos mucho jugo de naranja para celebrar tu triunfo.
Soltaron a reír y el resto de camino hablaron de trivialidades, como también de que la agencia de mudanza que había contratado Jolie estaba pronta a recoger todas las pertenencias, solo que tenían un problema y es que ella aun no tenía una casa en la cual vivir, por lo que Darius terminó dando la dirección de su apartamento.
—Ahora que estoy libre de trabajo buscaré una casa con calma, pero no era necesario que dieras la dirección de tu apartamento. Pudiste darle la dirección de mis padres.
—No tengo problema en recibir las cosas en mi apartamento —se encogió de hombros—. Y ahora que lo pienso, lo más lógico es que yo también busque una casa más amplia porque mi apartamento solo cuenta con una habitación.
—Por cierto, tenemos que hablar sobre eso —tanteó ella—. Siento que lo Loana va a sufrir cuando estemos en Estados Unidos y no vivamos contigo... Ella cree que nosotros, bueno, ya sabes, que somos una pareja.
—Somos marido y mujer —quiso bromear Darius, pero Jolie no rio—. Bueno, no había pensado en eso. Sinceramente pensé que podríamos buscar una casa para vivir juntos.
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Desliz[✓]
RomanceJolie creyó que huir era la solución correcta ante el desliz que cometió al casarse en una noche loca desenfrenada, pero cinco años después debe volver al lugar al que juró nunca más regresar y enfrentarse a las consecuencias de sus actos. Solo que...