Desliz[✓]

Capítulo 36

Jolie acostó a Loana en su cama y Darius se encargó de cobijarla. Como si estuviesen sincronizados, los dos se agacharon al mismo tiempo a dejarle un beso en su mejilla, lo que ocasionó que se golpearan las cabezas y soltaran una pequeña maldición en medio de una risa.

Se sentían torpes desde el momento tenso y caliente del restaurante, y es que ninguno de los dos podía sacar de su mente la osadía del hombre. Los dos podían aun sentían ese roce, como si hubiese quedado tan grabado en sí mismos que no podían apartar e ignorar la sensación en su piel. El deseo empezaba a resurgir con fuerza de entre las cenizas y ninguno sabía cómo controlar lo que estaban sintiendo por el otro, aun así, estaban seguros de no dar un paso adelante y acabar de una vez y por todas con la tensión.

Darius aun se reservaba sus sentimientos, ya que él había sufrido demasiado y no buscaba una nueva decepción viniendo de la misma persona. Y Jolie, aunque temerosa, quería recuperar la relación y dejar todo rastro del pasado en el olvido. Además, pensaba que de nuevo solo se trataba de deseos carnales y tan fácilmente no iban a sucumbir a ellos.

Pero maldita sea si no deseaban dejarse llevar por lo que sus pieles estaban exigiendo a gritos y sus razones se negaban a ceder. Aunque no lo admitirían en voz alta, estaban cuidado sus corazones; uno porque no quería sufrir una vez más y la otra porque aún sentía algo de temor entregarse por completo al amor.

—Iré a tomar una ducha —anunció Jolie, nerviosa y con el corazón latiéndole demasiado fuerte y rápido—. Seguramente tú también quieras tomar una... Y no es que te esté invitando o es que la vayamos a tomar juntos
¡Eso sonó demasiado raro! Joder, no quise decir eso. Lo que quiero decir es que yo tomaré una ducha en mi baño y tú en el baño del pasillo. Por separado. Tú en un baño y yo en otro...

Darius enarcó una ceja y se cruzó de brazos, conteniendo la risa que deseaba soltar ante la torpeza de las palabras que ella soltando demasiado rápido y sin sentido, pero debía admitir que un baño juntos lo tentaba a más no poder. Ella estaba lográndolo de nuevo, lo estaba seduciendo de manera torpe y poco audaz, pero eso no quería decir que no estuviese funcionando.

Solo de imaginar que sus pieles húmedas y desnudas estuviesen rozándose y brindándose calor, su mente se iba en blanco y solo podía pensar en tomarla en brazos, acribillarla contra la pared y hacerla suya sin ningún tipo de contemplación. Su lengua necesitaba sentir la suavidad de su piel, sobre todo, recorrerla de pies a cabeza, en especial en aquel lugar que podría jurar estaba rebosante de humedad.

—Es una ducha divida, lo entiendo —dijo, mostrando una sonrisa llena de burla y Jolie resopló, más avergonzada que molesta—. Desde que llegué nos hemos duchado por separado. Siempre lo hemos hecho.

—A veces eres un completo idiota —susurró, dejando un beso en la frente de su hija y saliendo de la habitación, escuchando de fondo una pequeña risa seca que soltó y la hizo morderse el labio antes de reír por lo bajo y sacudir la cabeza—. ¿En serio le insinué de tomar una ducha juntos? Joder, mátame de una vez querida vergüenza.

Se encerró en su habitación y tomó una ducha larga que no aminoró el calor y la vergüenza que estaba sintiendo bajo su piel. Se tocó pensando en él y deseando que fueran sus manos las que la acariciaban y le prendían fuego a su carne. Gimió su nombre tras llegar a la cúspide y el vacío que sintió fue tan frío y desolador. Estaba entrando a sus treintas, desde luego que empezaba a sentirse más sola que nunca y desear tener a quien amar y la amara.

Cerró los ojos y se quedó dormida luego de dar vueltas y pensar en el pasado, volver a sentirse miserable, pero a la vez tan afortunada de que Darius la aceptara una vez más pese a todo el mal que ella le causó.

***

—Voy tardísimo a mi cita —susurró tratando de peinar su cabello con sus dedos y pasando por el lado de Darius que tenía todo un desastre de cajas en la sala.