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Temporada 3 Capitulo 19

Después de comer en un restaurante cercano, Isabella aprovechó las servilletas de papel para escribir un mensaje a Filippo sin que el transmisor pudiera captar su conversación. Isabella había tenido una idea: ahora que sabían que los chinos estaban involucrados, podían prepararles una trampa y entregarlos a las autoridades locales para limpiar sus nombres. En el mensaje, le explicó a Filippo su plan: él simularía que iba a investigar por su cuenta para no ponerla en peligro, pero en realidad haría una llamada anónima a la policía, alertando que esa noche se intentaría robar en el laboratorio cuántico.

El plan era simple. Cuando Filippo regresara, le contaría a Isabella que había hablado con un compañero del laboratorio, quien le reveló que había un USB con una copia de seguridad antigua que contenía toda la información de los experimentos. "Casualmente", esa copia se había hecho justo después del experimento de la farmacéutica que los chinos intentaban robar. Si los chinos pretendían simular un sabotaje, tendrían que eliminar esta copia o, al menos, modificarla. Y, al estar almacenada en un USB sin acceso a internet, los obligaría a entrar físicamente al laboratorio para buscarla, siendo la noche la mejor opción para hacerlo.

Al regresar por separado al hotel donde se hospedaban, Filippo se marchó solo y, cuando volvió, ambos pusieron en marcha el plan.

- Cariño, buenas noticias – le dijo Filippo.

- ¿Qué sucede, amor mío? – Isabella le dio un beso apasionado a Filippo; si algún día la Isabella original escuchaba la grabación, quería demostrarle que ahora Filippo era su hombre.

- He ido a pedir ayuda a un compañero mío del laboratorio que trabaja en la sección de informática, y me ha dicho que, aunque han desaparecido misteriosamente todos los datos del laboratorio, han logrado recuperar una versión antigua de los datos del 15 de mayo – dijo Filippo.

- Eso es maravilloso, ¿cómo lo han logrado? – preguntó Isabella.

- Parece que un informático olvidó seguir el estricto protocolo que utilizan para hacer copias de seguridad, y tiene un USB con los datos del 15 de mayo – explicó Filippo.

- Solo tenemos que obtener ese USB para ver qué pasó con ese experimento de la farmacéutica que los chinos intentan ocultar – dijo Isabella.

- Tengo mis sospechas, pero mañana por la mañana nos reuniremos con el informático y le explicaremos la situación – añadió Filippo.

- ¿Te ha dicho quién es? – preguntó Isabella.

- No, parece que, aunque ahora les ha venido bien este error de seguridad, el informático tiene miedo de que lo echen del trabajo – respondió Filippo.

- Oh, pobrecito – dijo Isabella, con un tono de voz muy femenino.

Filippo salió de la habitación con una excusa, pero en realidad iba a hacer la llamada anónima a la policía para avisar que esa noche entrarían en el laboratorio cuántico. Mientras tanto, Isabella quiso darse un baño relajante. Desde que era mujer, disfrutaba mucho bañándose, pues podía apreciar la sensibilidad de su cuerpo femenino. Cuando estaba desnuda en la bañera, no podía dejar de mirarse; estaba orgullosa porque sabía que era hermosa y sexy, y eso le gustaba. Sin embargo, mientras se quitaba la ropa, comenzó a marearse, sintiendo la ya familiar sensación previa a que la Isabella original tomara el control de su cuerpo.