࿐ ࿔*:・𝐔𝐍𝐊𝐍𝐎𝐖𝐍 | LA HISTORIA EN DONDE, A TRAVÉS DE los años, 𝐏𝐄𝐑𝐂𝐘 𝐉𝐀𝐂𝐊𝐒𝐎𝐍 descubrió que sería capaz de nadar por un lago de fuego, siempre que la recompensa sea volver a su hogar en ese par de ojos violeta.
• PERCY JACKSON X MALE...
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LUCHAR CONTRA MONSTRUOS JAMÁS ES FÁCIL. NO EXISTE UN MOMENTO en el que logras «acostumbrarte» a esa vida, a la terrible sensación que te sigue todos los días, diciéndote que esa mañana podría ser tu última. Pero, así como en todos los demás momentos riesgosos, uno elige seguir, uno elige mantenerse de pie y tomar el paso adelante, seguir viviendo. Ahí llega la famosa pregunta. ¿Por qué vivir, si sabes que morirás? A lo que Allyn respondería: «Porque la vida es un enigma y morir sin resolverlo sería una pena terrible».
Él aceptó a Percy en su vida como otro riesgo. Amas a alguien, sabiendo que puedes perderlo en cualquier momento. Los mortales no entendían eso, no lo sabían como ellos. Los mortales podían vivir con la tranquilidad de que no tendrían premoniciones, no estarían preocupados por ese momento justo, sino por lo que sucedería después.
Los semidioses no se podían dar ese lujo. Si uno de ellos era mencionado por la profecía, si un monstruo lo alcanzaba por mala suerte, hasta ahí quedó. No hay forma de huir del destino, no hay forma de rezar por un alma que se ha ido.
Pero tampoco había forma en la que él aceptara ver morir al hombre que amaba.
La explosión llegó demasiado pronto. No pudo asomarse a buscarlo, cualquier intento de encontrar su cuerpo quedó en el olvido. La explosión causó una apertura en un mar oculto bajo el volcán, lo cual puso en peligro la estructura sobre la que todos ellos se encontraban. Incluso para alguien semi divino, incluso para alguien con la vitalidad de las cazadoras o de un monstruo, esa explosión habría sido mortal.
No había cuerpo qué buscar, no había suelo en el cual esperar a que Percy aparezca.
No había nada.
—¡No!
Su garganta protestó enseguida. El grito reverberó por las paredes de piedra, creando un eco doloroso a los oídos de aquellos monstruos. El miedo soltó las cadenas de sus poderes, liberó una bestia que Allyn había intentado mantener a raya. Aún no sabía qué tanto daño podía causar con sus órdenes y su voz, no podía entrenar cerca de los campistas por riesgo a lastimarlos, pero allí solo había monstruos.
Mismos monstruos que lanzaron a Percy a la lava caliente.
—¡Allyn, respira! —El grito de Annabeth fue ignorado—. ¡Por favor, terminarás lastimándote!
—¿Así como ellos lo lastimaron? —preguntó en un susurro.
No podía decir que le interesaba, porque no era así. Tomó los hombros de Annabeth y elevó su mentón con delicadeza.
—Annie.
Sus ojos centellearon.
—¡No hagas esto! —suplicó ella—. Si dejas que te guíen el dolor y la maldad, la profecía se terminará cumpliendo. Yo...—En cualquier otro momento, ese sollozo habría logrado despertarlo. En cualquier otro momento, pero no cuando perdió a Percy—. Allyn, no puedo perderte a ti también. Por favor, te lo ruego, har...