࿐ ࿔*:･𝐔𝐍𝐊𝐍𝐎𝐖𝐍 | LA HISTORIA EN DONDE, A TRAVÉS DE los años, 𝐏𝐄𝐑𝐂𝐘 𝐉𝐀𝐂𝐊𝐒𝐎𝐍 descubrió que sería capaz de nadar por un lago de fuego, siempre que la recompensa sea volver a su hogar en ese par de ojos violeta.
• PERCY JACKSON X MALE...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
AÑO NUEVO, UN DÍA QUE PERCY JAMÁS LLEGÓ A DISFRUTAR EN EN el campamento. Se encargó de disculparse con su madre cientos de veces por faltar a la reunión navideña a la que ella debía llevar dos acompañantes. Uno sería Paul, el otro seguramente una de sus amigas del grupo de escritura. No se enfadó con él por querer pasar el Año Nuevo lejos de casa, de hecho, Sally se mostró ligeramente complacida.
Percy no se arrepentía de nada. Arreglaron el campamento dos días antes. Las ninfas iban de un lado a otro, cambiando las decoraciones navideñas con luces más neutras, pero igual de hermosas. La nieve continuaba cayendo y ellos se sintieron un poco más calmados. Dividieron su tiempo lo mejor posible; realizaban las típicas actividades del campamento y se adentraban al bosque para tratar de encontrar alguna pista que pudiese llevarlos a Nico di Angelo.
A pesar de lo bueno que era fingiendo estar bien, Allyn cada vez se veía más incapaz de mantener esa sonrisa despreocupada en sus labios. Percy compartió su dolor, Nico se volvió sumamente importante para ellos en ese corto tiempo que estuvieron juntos, tal vez porque tenerlo cerca se sentía extrañamente familia, como si fuese una parte de ambos, demasiado parecido a Allyn y a sí mismo como para tratarse de una casualidad.
Por esa razón se encontraba solo en el bosque en ese momento. Despertó poco antes del amanecer por la emoción de lo que les esperaría en ese día, así que decidió ir al bosque, justo donde se encontraba la grieta que Nico creó.
—¿Dónde estás, Nico? —susurró.
—Realmente se les escapó el mocoso, ¿eh?
Percy apretó los puños a sus costados.
—¿Qué demonios haces aquí, Vryk?
—¿Vryk? No —negó—. Mira la capa roja, hoy seré Santa Claus.
—Navidad ya pasó.
—Oh.
Percy pasó junto al vampiro, resistiendo las profundas ganas de alejar esa sonrisa torcida con sus propios puños.
—¿Estás enojado porque no sabes dónde está el niño de Hades o por mi presencia?
—Por ambas.
—¿Me odias, Percy Jackson?
Percy bufó.
—¿Debería tenerle cariño al vampiro que se ha encargado de acosar a mi novio por tanto tiempo?
Vryk fingió estar herido.
—¿Acosar? —sacudió la cabeza—. No, eso es tan vulgar. Yo lo llamaría más «cuidar».
—Allyn no necesita tu protección.
—¿No? —Vryk dio un paso hacia él—. A mi me parece que sin mi ayuda, esos monstruos los habrían tenido como platillo principal en el Monte Tamalpais.
