࿐ ࿔*:･𝐔𝐍𝐊𝐍𝐎𝐖𝐍 | LA HISTORIA EN DONDE, A TRAVÉS DE los años, 𝐏𝐄𝐑𝐂𝐘 𝐉𝐀𝐂𝐊𝐒𝐎𝐍 descubrió que sería capaz de nadar por un lago de fuego, siempre que la recompensa sea volver a su hogar en ese par de ojos violeta.
• PERCY JACKSON X MALE...
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RACHEL ELIZABETH DARE JUGABA UN GRAN PAPEL EN ESA MISIÓN, pero Allyn no creyó que ese papel tuviese qué ver con Cronos en absoluto. Ver a esa chica mortal arrojarle un peine a Cronos en la cabeza no tuvo precio. De no ser por lo que acababa de vivir, ya se habría echado a reír con ganas. Tomó esa imagen y la repitió una y otra vez en su cabeza, esperando que ese cómico suceso lo distrajera y borrara de su mente lo que había sucedido minutos antes.
No sirvió de nada.
Su cabeza se refugió en su corazón. Intentar olvidar lo que había sucedido era algo que a su cabeza no le parecía correcto. Debía recordarlo, debía estar al tanto de sus decisiones. Allyn no se arrepentía de sus decisiones, ese era el dilema. Abrazó cada una de ellas con orgullo. ¿Cómo podría haberse arrepentido de escoger a Percy, cuando el hijo de Poseidón se aferró a él en cada paso del camino?
Pero el dolor seguía, porque la puerta que se cerró en Luke también se cerró en su interior. Lo sintió apenas escogió a Percy; un dolor brutal y asfixiante en el centro de su pecho, junto a los dolorosos latidos de su corazón acelerado. Finalmente, Allyn cerró el conducto que lo separaría de Luke Castellan por el resto de su vida.
¿Qué demonios haría con los recuerdos?
Los recuerdos no se fueron, siguieron con mucha más fuerza. La puerta estaba cerrada, pero él no sentía ninguna diferencia a los días anteriores, a los meses y años que pasó en compañía de Luke. Lo extrañaba por lo que fue, por lo que representó para él; no un reflejo de su alma, como lo era Percy, sino un complemento que se adhirió a él y lo hizo sentir completo.
El laberinto lo escuchó, lo sintió. El sufrimiento en su corazón se materializó de las formas más crueles. Sólo él pudo sentir el cambio, lo supo después de ver la indiferencia de los demás, quienes aún seguían corriendo lejos de Cronos y su ejército. El sufrimiento se presentó en forma de voces y más sonidos, la voz de Luke y la suya propia, ambos corriendo por el campamento y conversando de lo que antes parecía tan tonto.
Y cada sonido voló junto a su cuerpo, como el filoso corte de una hoja de papel.
Cortante y doloroso.
¿Era ese el precio que debía pagar por haber mantenido esa puerta abierta por tanto tiempo? ¿Era ese su castigo por haber guardado, y por continuar guardando, la esperanza de que Luke llegue recuperar la cordura?
—¡Cuidado!
El grito de Rachel lo jaló de regreso al mundo real. El último túnel por el que iban pasando se convirtió en una resbaladilla estrecha y larga. Iban uno detrás de otro, golpeándose con los zapatos e intentando detener sus cuerpos de seguir bajando, pues no sabían qué demonios esperaba por ellos al final de esa tétrica imitación de juego infantil.
Una vez que la resbaladilla llegó a su final, Annabeth se llevó la mala suerte de ser la primera. Su cuerpo salió disparado hacia una montaña de tierra húmeda. Rachel fue la segunda; voló un poco más y, aunque intentó resistirse a la velocidad con la que fue expulsada, terminó cayendo sobre Annabeth.
