CAPÍTULO 46

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"Lo nuestro es ese indefinido vínculo que ahora nos une"

Mario Benedetti.

Calypso.

Hazme el amor.

Encuentro en la nevera algo para preparar un postre. No hay nada más ahí, pero no es impedimento para que deje de lado mi idea de hacer algo especial como lo que Lykos me hizo el día que me pidió ser su prometida.

Corro por mi bolso al salón, rebusco en mis cosas hasta que doy con el collar que me regaló y lo saco admirando su brillo entre mis manos burlándose de mi. Vi el dolor en sus ojos cuando se dió cuenta que no lo llevaba puesto. Tenía la mirada quebrada y se quebró aún más cuando le solté esas palabras tan hirientes.

Me abrocho al cuello otra vez dejando un beso sobre la piedra, sonriendo. Este collar es su amor, es mi amor, es nuestro amor.

Me devuelvo a la cocina, tomo las fresas que hay con el chocolate y hago dos vasos de chocolate con fresa. No es nada extraordinario, pero quiero ofrecérselo como zon de paz.

Me limpio las manos sobre una servilleta saliendo de la cocina cuando escucho a alguien entrar.

-¡Lexandra! -escucho la puerta cerrarse.

Tomo los dos vasos y camino hacia el salón. Lo veo de espaldas quitándose el saco y aflojando su corbata.

-¡Hola! -suelto sin más.

Mi voz es tan baja que creo que no me ha escuchado, pero su cara al girarse me dice que sí que me ha escuchado muy bien.

Me mira y baja con sus ojos a mis manos cargando el postre de chocolate. La sorpresa y la confusión le brillan en sus lindos ojos y me hace sonreír. Debería pensar que soy una loca, y no estaría tan equivocado porque con él me he vuelto una loca.

Doy pasos acercándome a él.

-Es para ti -le tiendo la tasa de chocolate quedando con el mío- Deja de mirarme y toma.

Reacciona ante mi tono de mi voz que sale más como una queja que otra cosa. Lo toma pero no lo prueba. Lo deja sobre la mesa detrás de él antes de voltearse a tomar el mío y hacer el mismo gesto que hizo con el suyo.

-¿Dónde está Lexandra? -la busca con sus ojos en todo la sala.

-Con Gabriela en mi casa -me acerco y no se aleja, genial- Vine aquí por...

-Lo siento -también da un paso adelante dejando solo un micro espacio entre nosotros-. Lo siento tanto por lo que pasó ese día, no sabía que iba a estar de lo contrario se lo hubiera prohibido.

Lo sé, Jenna no ha dejado de repetirme lo mismo. Ella fue su abogada durante todo este tiempo, pesando los pros y los contras de la situación y según ella, Lykos no había hecho nada, y yo era la terca, la cobarde que no quería aceptar que por primera vez en su vida la estaba eligiendo a ella.

-Lo siento yo por actuar como una niña-tomo sus manos cuando me los tiende entrelazando nuestros dedos-por haber dejado sus palabras afectarme.

Porque fueron las palabras de Yvana que causó este desastre entre nosotros. Su veneno de víbora no dejaba de dar vueltas en mi cabeza cada vez que cerraba los ojos.

LA RULETA NEGRA [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora