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Pasaron días desde que el pequeño púlpito se adentró en el océano. Aunque se iba adaptando a su nueva vida, nunca dejaba de pensar en Jimin, su cuidador y amigo. Siempre regresaba al lugar donde lo había dejado, mirando hacia la orilla con esperanza.

Una tarde, mientras observaba desde las aguas poco profundas, distinguió a lo lejos la figura de Jimin en la playa. Su emoción creció, y nadó rápidamente hacia él, esperando ver aquella sonrisa familiar que tanto extrañaba. Pero, al acercarse, se dio cuenta de que Jimin no estaba solo; junto a él había otro chico, alto, de cabello oscuro, quien reía y lo tomaba de la mano.

El pulpito sintió una punzada de incomodidad que no comprendía del todo. Era extraño, pero ver a Jimin compartiendo ese tipo de cercanía con alguien más le provocaba una sensación nueva, algo parecido a los celos. Se quedó inmóvil, escondido entre las algas, observando cómo el chico de cabello oscuro tocaba el hombro de Jimin con un gesto afectuoso y reían juntos.

Confundido y un poco dolido, el púlpito decidió no salir de su escondite. Por primera vez, sintió que el lazo que compartía con Jimin podía cambiar, y la idea le resultaba dolorosa. Sin embargo, se quedó allí, observando en silencio, sin querer alejarse del todo, pero tampoco listo para acercarse.

El púlpito se escondió entre las algas, observando cada movimiento de Jimin y del chico que lo acompañaba. La incomodidad que sentía se volvió más intensa cuando, de repente, el otro joven se inclinó hacia Jimin y le dio un beso en los labios.

El pulpito sintió una punzada extraña, casi dolorosa. Ver a Jimin, su amigo y cuidador, tan cerca de alguien más lo hacía sentir emociones que no comprendía. Nunca había sentido celos antes, pero ahora una mezcla de tristeza y frustración lo invadía. Apretó sus pequeños tentáculos contra su cuerpo, queriendo desviar la mirada, pero al mismo tiempo, incapaz de apartarse.

El chico se alejó, sonriendo, mientras Jimin reía suavemente. La escena le hizo entender que su amigo tenía una vida fuera del laboratorio, una vida a la que él, un pequeño púlpito, no podía pertenecer completamente.

Finalmente, cuando Jimin miró hacia el océano, como si buscara algo o a alguien, el púlpito decidió sumergirse más en las profundidades, ocultándose entre las sombras de los corales. No estaba listo para que Jimin lo viera en ese estado, y tampoco quería que su amigo descubriera la tristeza que había comenzado a sentir.

The Sea Creature [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora