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Dedicado a PerladanielaCortezhe

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El pálido salió de la bañera en la que estaba sumergido, todo era claro y tenía una visión clara. Él salió de ahí y se cambió de manera lenta, él escuchó a la pareja hablar con la que sería su esposa, él hizo una mueca, pero luego una idea cruzó su mente.

—Me serás útil después de todo. —se rio el pálido.

El bajo y vio a la chica la cual veía los arreglos de boda, él no dijo nada, solo tomó su chaqueta y se iba a ir, pero la voz de la mujer lo detuvo.

—¿A dónde vas? —le pregunto.

—Tengo cosas por hacer. —respondió.

—Pero debes de ver lo de la boda. —se acercó la mujer.

El pálido vio a la mujer y está al ver la mirada de la criatura retrocedió, la criatura se fue de ahí para ir a la playa en busca del lugar de sus recuerdos.

La playa lo recibió con el sonido de las olas rompiendo contra la orilla. Era un lugar cargado de recuerdos, de momentos que parecían pertenecer a otra vida. Caminó por la arena húmeda hasta que, a lo lejos, lo vio. Jimin estaba allí, de pie.

El pálido se detuvo en seco al escuchar el nombre que Jimin pronunciaba, ese nombre que le había dado hacía tanto tiempo, cuando no era más que una criatura pequeña, indefensa y olvidada por el mundo. 

Por primera vez en años, una chispa de algo parecido a humanidad atravesó su pecho. Jimin al ver al pálido se detuvo y se acercó a paso lento.

—No te esperaba. —le dijo.

—Solo vine a despejar mi mente. —hablo. —¿Qué haces?

—Buscaba algo. —miro la playa.

—¿Y qué es? —le pregunto.

—A un pulpito. —sonrió Jimin.

El pálido se quedó en silencio, observando la sonrisa de Jimin. Había algo en ella que era desarmante, una calidez que parecía no encajar en su mundo ahora sombrío. 

—¿Un pulpito? —repitió, su voz teñida de curiosidad, aunque su rostro seguía impasible. 

Jimin asintió, desviando la mirada hacia el océano que brillaba bajo la luz del sol. 

—Sí, hace mucho tiempo, encontré uno aquí en la playa, era pequeño, frágil… parecía herido. —Su voz se suavizó al recordar. —Lo cuidé por un tiempo, le di un nombre y luego, un día, simplemente desapareció. 

El pálido lo escuchó en silencio, sin apartar la vista de él. Las palabras de Jimin le traían ecos de recuerdos lejanos, imágenes borrosas de un tiempo en el que no era la criatura que era ahora. 

—¿Y qué nombre le diste? —preguntó, aunque ya sabía la respuesta. 

Jimin lo miró de reojo, como si sospechara algo. Sin embargo, su sonrisa permaneció. 

—Le llamé Suga. —se rio. —No sé por qué, sentí que le quedaba bien. 

The Sea Creature [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora