The Sea Creature [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]

Prólogo

En la solitaria y oscura noche, en aquella pequeña playa de la isla Jeju un hombre y una mujer se encontraban ahí buscando entre la arena con desesperación.

—Ya buscamos por toda esta maldita isla y no hay nada. —se quejó la mujer.

—Hicimos todo lo que la gente cuenta. —dijo el hombre.

—Todo es culpa de ese maldito mocoso. —apretó con rabia la arena la mujer. —¡Te maldigo Park Jimin!

Unos brillantes ojos miraba a la pareja que maldecía al aire el nombre de un chico, se fue acercando a la orilla hasta captar la atención de la pareja la cual retrocedió de miedo al ver la criatura que tanto buscaban y la cual tomó con sus largos tentáculos ambas piernas del hombre y de la mujer, con la intención de poder hablar su lenguaje.

—¿Por qué unos inútiles y con una crecía religiosa me están buscando? —dijo en su perfecto idioma.

—Queremos tu ayuda. —habló el hombre.

—¿Por qué debería de ayudarlos? —dijo la criatura.

—Por qué eres el único que puede ayudarnos. —se acercó la mujer.

—¿Qué tienen para ofrecerme? —nado por toda la orilla de la playa.

—A un chico de nombre Park Jimin. —dijo y la criatura las vio.

El hombre gritó de dolor al sentir como uno de sus dedos era cortado por la criatura, la cual se devoró el dedo y luego los vio.

—No me sirve, ya que no es valioso. —miro a la mujer. —quiero eso que cubre la manta.

La pareja se vio y asintió, acercaron la camilla y destaparon mostrando así el cuerpo de un chico, el cual tenía en su mano una intravenosa. La criatura se fue adhiriendo al cuerpo que estaba en la arena y luego entro por la boca, el hombre y la mujer miraron eso con miedo y asco a la vez.

Unos minutos pasaron y el chico se levantó y se arrancó la intravenosa para ver al mar y luego ver a la pareja, la cual se abrazaba. Este se acercó y sonrió mientras miraba todo el lugar, adaptarse a ese nuevo cuerpo iba a ser difícil, pero había hecho un trato con esos mortales.

—Necesito alimentarme. —les dijo. —Así que consigamos algo para comer y luego hablamos de lo que desean.

—¿Qué deseas comer? —preguntó la mujer con algo de miedo.

—Humanos. —camino al que parecía ser el auto de la pareja. —de preferencia chicos jóvenes.