The Sea Creature [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]

28

Jimin sintió que un nudo se formaba en su garganta. Quería gritar, quería escapar de esa conversación, pero no podía. Las palabras de Yoongi resonaban en su mente como un eco interminable. "Tú decides". Esa carga era demasiado pesada para él.

Abrió los ojos lentamente y encontró a Yoongi mirándolo, expectante, pero sereno, como si realmente estuviera preparado para aceptar cualquier respuesta que él diera.

—¿Y qué pasa contigo? —preguntó Jimin, su voz temblando ligeramente, sus dedos seguían tamborileando sobre la mesa, pero ahora lo hacían con más fuerza, reflejando su creciente ansiedad. —¿No importa lo que tú quieras?

Yoongi soltó un suspiro profundo, llevándose una mano al cabello y despeinándolo sin cuidado.

—Lo que yo quiero ya lo sabes, Jimin. —Se inclinó hacia él, acercándose lo suficiente como para que sus miradas se volvieran aún más intensas. —No voy a obligarte a nada, pero tampoco voy a fingir que no me importas más que cualquier otra cosa en mi vida.

Las palabras de Yoongi hicieron que Jimin se quedará en blanco. Podía sentir la sinceridad detrás de cada sílaba, y eso lo aterrorizaba. ¿Cómo podía alguien como Yoongi, tan reservado, tan calculador, decir algo así con tanta facilidad?

—No es justo. —susurró Jimin, casi para sí mismo.

Yoongi ladeó una sonrisa triste, esa que siempre usaba cuando sabía que estaba ganando una discusión, pero no se sentía victorioso por ello.

—La vida rara vez lo es. —se encogió de hombros.

El silencio volvió a instalarse entre ellos, esta vez cargado de emociones contradictorias. Jimin sabía que no podía esquivar esa conversación para siempre, pero tampoco estaba listo para enfrentarla por completo.

Finalmente, se levantó de su silla, sus movimientos tensos y desordenados.

—Necesito tiempo. —Fue todo lo que logró decir antes de caminar hacia la puerta, evitando mirar a Yoongi una vez más.

—Tómalo, pero no te tardes demasiado. —La voz de Yoongi lo alcanzó justo antes de que cerrara la puerta detrás de él.

Al salir, Jimin sintió que la tensión en el ambiente se aflojaba un poco, pero el peso en su pecho seguía ahí. Caminó sin rumbo, tratando de poner en orden sus pensamientos, mientras las palabras de Yoongi seguían persiguiéndolo como un eco. Yoongi tomó sus cosas y salió de ahí con una sonrisa su plan había salido a la perfección, las emociones que Jimin tendría serían vitales para la formación de su hijo.

—Cariño. —dijo. —Cuando nuestro hijo nazca los tres nos iremos de este lugar juntos.