CAPITULO 20

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                               BELLE

Me quedé con la boca abierta mientras
miraba la nuca de Grayson. No podía creer quie le hubiera hablado así a mi jefe. En serio no le importaba si me despedían, ¿verdad?

Le di un empujón en el hombro, intentando que diera un paso adelante para poder salir del rincón en el que me había enjaulado. Por supuesto, no cedió.

—Estoy bien... —empecé.

—¿Y quién eres tú exactamente?—preguntó Jerry antes de que pudiera continuar. Podía oír el desafío en su voz. ¡Oh, Dios!, esto no era bueno.

—Soy su... marido —declaró Grayson—.Belle es mi esposa. -Sonaba demasiado contento para estar diciendo eso.

—No —discrepé de inmediato, empujando su espalda aún más fuerte-. Tú no eres...

—Así que tú eres el imbécil que rompió mi puerta —dijo Jerry.

Resoplé. En serio,¿Por qué nadie me dejaba hablar? Hombres estúpidos. Ahora Jerry sabía que Grayson había vuelto, aunque yo le había prometido que mi supuesto ex no volvería jamás.

—Odio tener que decírtelo, amigo, pero tú eres la razón por la que ella está trabajando ahora mismo —continuó Jerry, observando la enorme figura de Grayson con una mueca de desprecio.

El hecho de que no se sintiera intimidado por Grayson era una prueba más de que era un idiota.

—Belle no tiene previsto descansar
esta noche porque está trabajando para
compensar la pérdida de ingresos que ha
causado esta mañana. Así que te sugiero que la dejes volver al trabajo antes de que decida que ya no tiene trabajo aquí.

Podía sentir cómo Grayson empezaba a
temblar. Su mandíbula cuadrada parecía a punto de saltar de su bisagra.—¿Belle no va a cobrar?

Me devolvió la mirada, sus ojos se
oscurecieron, empezaron a arremolinarse de negro una vez más.—¿No te pagan por trabajar?

Tragué saliva.-Sólo por esta noche.

le dije, tratando de hablar con calma para que no perdiera la calma—. Está bien, de verdad...

-No. No está bien. Es lo más alejado de
estar bien. -Su voz sonaba como grava. Se
volvió hacia Jerry, mirándolo abiertamente.

Jerry finalmente pareció entrar en razón
cuando vio la expresión furiosa de Grayson y dio un paso atrás asustado.-Me llevo a Belle a casa ahora mismo.

Las cejas de Jerry se alzaron sorprendidas.
—¿Cómo dice? No ha terminado su turno.

Mi pulso empezó a latir con fuerza.—
Grayson —susurré. Odiaba lo desesperada que sonaba. Lo último que quería hacer ahora era suplicar, pero no tenía elección.

Le apreté el brazo. esperando que el contacto con él lo volviera más comprensivo, aunque ya no fuera su compañera. -Para. No puedo perder mi trabajo. No puedo perderlo.

Grayson me miró, estudiándome por un momento. Parecía costarle un esfuerzo inhalar con firmeza.

Se volvió hacia mi jefe. -Permitirás que Belle se vaya a casa a pasar la noche. No volverás a hablar de esto. De hecho, ni siquiera recordarás que sucedió.

Entonces, antes de que pudiera comprender lo que estaba ocurriendo, me arrojó bruscamente por encima de su hombro y me hizo pasar por delante de mi jefe y de todos los demás comensales.

—¡Grayson, bájame! —grité. Pude
levantarme ligeramente, sobresaltada cuando vi a Jerry caminando en dirección contraria a nosotros. Mis cejas se fruncieron.

Belle Y Grayson :La Reina PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora