CAPITULO 31

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                              GRAYSON

Las mejillas de Belle tenían un dulce tono rosado mientras miraba fijamente mi dura polla dentro de los calzoncillos. Dios, era adorable y demasiado inocente para su propio bien.

Tuvo suerte de que aún no me hubiera
abalanzado sobre ella, sobre todo porque no dejaba de mirarme con esos grandes y ansiosos ojos azules.

La única razón por la que no estaba ya
profundamente entre sus piernas, llevándola simultáneamente a nuevas alturas y atándola a mí para siempre, era porque no sabía lo que el apareamiento significaría para ella.

No podía dejar de imaginarla pasando por el intenso dolor de su primer cambio. El primer cambio para los hombres lobo era aterrador,intenso e increíblemente doloroso.

Y, sin embargo, esto sería mucho más fácil si se transformara en lobo, porque yo sabría qué esperar. Podría ayudarla a superarlo.

Pero no se estaba transformando en lobo.sino en hada. No tenía ni idea de lo que eso implicaba.

Y eso me aterrorizó.

Aparearse con Belle significaba ponerla involuntariamente en peligro. Y yo iba a hacer todo lo posible para evitarlo. Por el mayor tiempo posible, al menos.

Pero eso no significaba que no pudiera seguir haciendo lo que estaba haciendo ahora.

Sabía que nunca antes había hecho algo así.

Si el olor de su dulce virginidad —algo que sólo un hombre lobo macho podía oler en su hembra- no era prueba suficiente, entonces se haría descaradamente obvio por sus
manos temblorosas y torpes.

Cuando había tocado, besado y
mordisqueado su hermoso cuerpo, no
esperaba nada a cambio.

Incluso cuando le había lamido el coño
hasta que le había provocado el orgasmo
más delicioso de la historia, lo había hecho pensando sólo en ella, lo cual no quiere decir que no hubiera disfrutado enormemente.

Así que, Dios me ayude, a pesar de que mi polla estaba dura como una piedra y la bestia que llevaba dentro rechinaba los dientes, exigiendo que la tirara sobre la cama y la hiciera mía, de alguna manera fui capaz de contenerme.

Todavía estaba débil, nerviosa por estar cerca de mí después de todo lo que había pasado. La follada dura que quería darle tenía que venir después, cuando volviera a confiar en mí.

Sabía que ansiaba mi control y mi dominio.No me había perdido la forma en que sus muslos se apretaban cada vez.

Los dedos de Belle empezaron a hurgar en la cinturilla de mi bóxer con nerviosas púas.

—¿Puedo... puedo.. quitarte esto?—chilló.

Le sonreí, casi sin darme cuenta de lo
adorable que era.

Para ponérselo un poco más fácil, levanté las caderas de la cama y me quité los calzoncillos sin dejar de mirarla.

Quería asegurarme de que no saliera
corriendo cuando viera lo especialmente...bien dotado que estaba su compañero. No tenía ninguna razón para tenerme miedo, pero me sorprendería que no se asustara un
poco.

—¿Por qué pareces tan nerviosa, Belle? No tienes absolutamente nada que temer. Te lo prometo.

—Um, yo, uh... yo sólo...—Tragó saliva—.Espero que no esperes que esa cosa, um, ya sabes, quepa dentro de mí.

Porque realmente no creo que lo haga. Yo no...

—Belle, cariño, respira. No va a pasar nada ahora.

Belle Y Grayson :La Reina PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora