Belle Y Grayson :La Reina Perdida

CAPÍTULO 30

                           BELLE

Lo primero que noté al despertarme fue lo caliente y contenta que estaba. Lo segundo que noté fue que alguien me estaba tocando.

Grayson arrastró sus dedos por mi columna vertebral, luego por mi cintura y a lo largo de mis caderas, y por cualquier otro lugar donde pudiera poner sus manos.

Suspiré y me hundí más en él, buscando su calor y la sensación de su piel chispeante contra la mía.

Me ronroneó y las vibraciones de su pecho contra el mío empezaron a adormecerme.Pero entonces empezó a separarse de mí.

Fruncí el ceño e intenté agarrarlo y tirar de él hacia mí, pero era demasiado fuerte.

Me dio un beso en la frente.

—Shh...-susurró contra mi pelo-. No me voy a ninguna parte.

Rodé sobre mi espalda y vi cómo se sentaba y miraba mi cuerpo. que sólo estaba cubierto por una fina sábana. El resto de las mantas seguían en el suelo desde la noche anterior.

Se lamió los labios mientras sus ojos se
oscurecían considerablemente y su ronroneo aumentaba.

—¿Qué haces?pregunté, estirando los
brazos por encima de mi cabeza.

No respondió. Sus ojos siguieron mis
movimientos y un profundo gruñido salió de su boca.

—Vuelve a dormir, Grayson.—Bostecé—.
Es demasiado temprano.

De nuevo, no dijo nada. Cuando levanté la vista hacia él, noté que su mirada se centraba ahora en mi pecho, donde me di cuenta de que la sábana había bajado tanto mientras me estiraba que casi se me veían los pezones.

Resoplé. Era tan ridículo.-Me vuelvo a
dormir. Tú sigue haciendo lo que sea esto-lo señalé con un gesto.

Me dormí casi en cuanto cerré los ojos.

                             ***

Mi sueño no duró mucho. No, Grayson tenía otros planes que no tenían nada que ver con mi adormecimiento. Me desperté unos minutos después cuando alguien me tocó los dedos de los pies.

Miré hacia abajo.

Grayson me besaba los pies. También me
había quitado la sábana del cuerpo, de modo que estaba completamente desnuda.

Jadeé.—¡Grayson! Estoy desnuda.—
Intenté agarrar la sábana de nuevo, solo para descubrir que estaba en el suelo, al otro lado de la habitación.

Mis ojos se entrecerraron en Grayson, que aún parecía consumido estudiando todos y cada uno de los dedos de mis pies como una especie de loco.

Intenté taparme con las manos, pero no
sirvió de mucho.

No es que no hubiera visto mi cuerpo antes:en realidad, no debería avergonzarme, pero me resultaba extraño estar completamente desnuda delante de alguien que no fuera yo.

Sobre todo cuando ese alguien me
había dicho en múltiples ocasiones lo
decepcionante que era mi cuerpo cuando se apoderaba de él un vampiro.

Me moví inquieta, incómoda. Intenté
incorporarme, pero me puso una de sus
enormes manos sobre el vientre desnudo, así que me vi obligada a volver a tumbarme.

-Quédate —ordenó con su voz profunda y ronca.

Resoplé y miré al techo.—¿Qué haces?—pregunté mientras él volvía a bajar por mi cuerpo y me besaba el arco del pie,
sujetándolo con la mano-.¿Es esta tu
manera de decirme que tienes un fetiche con los pies?bromeé. Intenté zafarme de su agarre con el pie.