Belle Y Grayson :La Reina Perdida

CAPITULO 36

                               BELLE

Llegamos a la casa del padre de Liam en un tiempo récord.

La verdad es que el trayecto fue un poco aterrador: Liam condujo a toda velocidad.casi atropellando a varias personas, y tomó carreteras secundarias para evitar calles concurridas donde pudieran vernos.

La casa estaba rodeada de verjas gigantes, como las que se ven en las casas de los famosos, para proteger su intimidad y su seguridad.

Había un hombre de uniforme esperándonos en un puesto junto a la entrada de la verja.

Nos dejó pasar en cuanto vio el camión de Liam.

Subimos por el largo camino privado y
llegamos a una de las casas más grandes que había visto nunca.

De hecho, era tan grande que, en realidad.ni siquiera parecía una casa: era más bien una mansión disfrazada de dulce casita de playa, pintada de blanco, azul y crema, pero que además, probablemente, tenía al menos veinte dormitorios.

Liam detuvo su coche delante de un enorme garaje. Estaba abierto, así que pude ver los vehículos que había en su interior: un Tesla.un Porsche y un Lamborghini, todos ellos aparcados despreocupadamente uno junto al otro.

¿Aquí había crecido Liam? Sabía que su familia tenía dinero, pero esto era más que dinero: era poder y prestigio.

Tragué saliva, sintiéndome de repente muy mal vestida.

Grayson me había dado algo de su ropa para que me la pusiera en el hotel —una camiseta negra y un pantalón de chándal gris que tuve que enrollar seis veces para poder retenerlo-, ya que yo sólo tenía mi uniforme de camarera de la otra noche.

No me había importado lo grande que me quedaba todo cuando me había dado la ropa.pero ahora me sentía diminuta, como si me ahogara en tela.

Ojalá Llevara otra cosa —murmuré—. Ni
siquiera llevo zapatos.

-No importa lo que lleves puesto, porque
si alguien te mira durante más de cinco
segundos. le arrancaré los ojos —replicó
Grayson, con la voz entrecortada.

Liam abrió la puerta. -Tienes un encanto,
Belle —dijo al salir del coche.

Grayson le enseñó los dientes.

Alcancé el picaporte de la puerta que
teníamos al lado, pero Grayson me agarró la mano y me detuvo.

—¿Quién más hay en la casa?—preguntó a Liam.

—¿Qué? —respondió Liam.

—Huelo a tres personas dentro.¿Quiénes
son?

Liam frunció el ceño, sorprendido. Yo
también me sorprendí. ¿Podía olerlos desde tan lejos?

—Mis padres —respondió Liam. Miró la
casa-. Y mi hermana, probablemente, pero no estoy seguro.

—¿Laila está aquí?No había visto a mi amiga desde la noche en que Adalee me atacó. Una sensación de alivio me invadió.sabiendo que conseguiría verla antes de que Grayson y yo nos fuéramos.

De repente. Grayson cerró de golpe la puerta del asiento del conductor del vehículo.
Luego. apretó rápidamente el cerrojo para impedir que Liam entrara en el coche.

—¿Qué demonios? —preguntó

Liam.observándonos desde el otro lado de la ventana. Levantó la llave que tenía en la mano-. Sabes que tengo la llave, ¿verdad? Podría entrar si quisiera.