XXVII

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La casa estaba más tranquila de lo habitual. Soonyoung estaba en la sala, medio reclinado en el sofá, mirando algo en su teléfono sin mucho interés. Jeonghan, por su parte, entró por la puerta tras un largo día, con una ligera sonrisa en el rostro, aunque los pensamientos en su mente daban vueltas como un torbellino. Su caminar era más ligero de lo normal, como si algo le hubiese cambiado por dentro.

Soonyoung lo miró de reojo mientras pasaba junto a él. No hizo ningún comentario al principio, ya que lo conocía demasiado bien para saber que Jeonghan no hablaría de lo que había sucedido a menos que realmente lo necesitara.

Sin embargo, algo en la actitud de su primo le decía que hoy sería diferente.

—¿Entonces? —preguntó Soonyoung, dejándose caer en el sillón con una sonrisa pícara.

Jeonghan lo miró, levemente sorprendido por la pregunta directa, pero no pudo evitar sonrojarse un poco. Sabía que Soonyoung lo estaba esperando. Había algo en su mirada que lo retaba, como si ya supiera la respuesta antes de que Jeonghan la dijera.

—Ah... ¿quieres saber qué pasó? —Jeonghan se dejó caer en el sillón junto a él, sintiendo la necesidad de compartir lo que había ocurrido, aunque no sabía cómo empezar.

Soonyoung no hizo un intento por ocultar su diversión. De hecho, se inclinó un poco hacia adelante, casi como un niño esperando una buena historia.

—¿Qué pasó, Jeonghan? ¿Te fue bien? ¿Se portó bien Seungcheol? —dijo, su tono entre bromista y curioso.

Jeonghan desvió la mirada, dándose cuenta de lo incomodado que estaba, pero algo en su interior lo empujó a decirlo. Ya no podía seguir ocultando lo que había pasado.

—Sí, se portó... muy bien. Demasiado bien, en realidad. —Jeonghan rió nerviosamente mientras frotaba la nuca, sin saber cómo continuar. Pero sabía que Soonyoung estaba esperando más detalles, y no podía seguir guardando el secreto.

Soonyoung lo miró, levantando una ceja, su rostro iluminado por una sonrisa que claramente pedía más.

—¿Qué quieres decir con "demasiado bien"? ¿Me estás diciendo que...? —Soonyoung se detuvo en seco, haciéndolo parecer aún más expectante.

Jeonghan cerró los ojos brevemente, sintiendo el calor subir a sus mejillas. No era fácil para él hablar de este tipo de cosas, pero algo en su corazón le decía que debía ser sincero con su primo.

—Sí... tuvimos sexo. —La confesión salió de su boca de una vez, como si al decirlo todo de golpe pudiera aliviar la presión que sentía.

Soonyoung, después de un breve silencio de asombro, explotó en risas, dándole unos golpecitos en el hombro a Jeonghan.

—¡Oh, Dios! ¡¿De verdad?! Jeonghan, jamás pensé que lo dirías tan fácil, ¿qué te pasó? —Soonyoung se levantó de golpe del sofá, actuando como si fuera el descubrimiento más emocionante del día.

Jeonghan se dejó caer contra los cojines, tapándose la cara con las manos, sintiéndose avergonzado por la exagerada reacción de su primo.

—¡Dios, Soonyoung! —se quejó, pero su voz denotaba una mezcla de diversión y frustración—. Fue solo una vez, no es para tanto...

—¡Solo una vez! —Soonyoung rió con más ganas, caminando por la sala, como si la noticia lo hubiera dejado sin palabras. Después se detuvo y lo miró con una expresión casi filosófica—. ¿Estás seguro de que no es para tanto? Porque esas son las cosas que te marcan. Creo que te enamoraste.

Jeonghan se quedó en silencio un momento antes de asentir lentamente, mirándolo con una expresión que dejaba clara su confusión.

—Creo que sí... no, estoy seguro de que sí. Pero no entiendo cómo pasó tan rápido. Con él, no es solo atracción o deseo; es... más profundo que eso. —Hizo una pausa y respiró hondo—. Él me da una paz que no había encontrado en otro lugar.

▸ Verano en Jeonju ៸៸ 𝙅𝙚𝙤𝙣𝙜𝘾𝙝𝙚𝙤𝙡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora