|| UNION EN EL CAMPO || pablo Gavi

XXXIII

Alya de Jong || 🐬📚
10 de agosto

—¡Alya, abre la puerta ya! —oí gritar, como si fuera la policía—. ¡Que la tumbo!

¿Pero qué hora es? Me giré en la cama con los ojos todavía pegados y miré el reloj de la mesita. 6:30 de la mañana. ¿Quién narices está en mi puerta a estas horas?  ¿Es que la gente no duerme o qué?

-Te lo advertí- volví a escuchar como la voz se alejaba

Me levanté de la cama arrastrando los pies y fui a la puerta, medio zombie. Justo cuando la abrí, vi a Pedri venir como un cohete. No le dio tiempo a frenar, y antes de que pudiera decir "¿qué pasa, no ves que son las 6:30 de la mañana o que?", ¡zas! Nos dimos un guarrazo de campeonato y acabamos los dos tirados en el suelo.  Menudo despertar, ni café ni nada, Pedri tiene su propio método para espabilarme.

el canario ha inventado el nuevo método express para despertarse: estampada matutina.

-ostia-reacciono el levantándose de encima mío- ¿estas bien Alya? perdón-dijo ayudándome a levantarme

-si si no te preocupes... ¿tu no duermes o que?-dije sobándome la cabeza

-¿porque lo dices?

-son las 6:30 de la mañana platanito, ni siquiera he cumplido el mínimo de 10 horas durmiendo

-Alya, el mínimo es 8 horas de sueño

-pues yo soy especial y tengo que dormir mas de 10 horas o parezco zombie sin cabeza durante todo el día- espete de brazos cruzados en direcciona  mi cama para tumbarme nuevamente

Justo cuando me estaba tirando en la cama, Pedri va y me agarra del brazo para levantarme de golpe, como si fuera un muñeco de trapo. Solté un quejido digno de un Oscar, porque, a ver, si me van a arrancar de la cama a las 6:30 de la mañana, por lo menos que el show sea memorable.

-Déjame dormir, tío -dije mientras me arrastraba de vuelta a la cama, pero Pedri seguía agarrándome del brazo como si fuera un segurata de discoteca

Al final me rendí, bufé como si fuera un toro al que le han quitado la siesta, pues bueno soy un toro al que le han quitado la siesta, con tremendos cachos que llevo en la cabeza...me giré hacia él con los brazos cruzados y cara de "te estás buscando una".

-¿Y ahora qué, Pedri? ¿Qué urgencia hay a las 6:30 de la mañana? —solté, con más drama que en una telenovela.

-Una muy grande, acompáñame a despertar a Gavi y vamos al salón.

-Vale, pero ¿dónde se ha quedado Zahir?

-Con Cuba.

-¿Siguen durmiendo?

-Sí, aquí estamos tú y yo, como dos madrugadores.

-¿No podías esperar a que al menos cumpla las 9 horas de sueño?

-No.

-Yo creo que sí, no debe ser tan urgente -dije, ya volviendo a mi habitación de camino hacia la cama, pero Pedri me cogió como si fuera un saco de patatas.-Joder-murmuré-Bájame, que se caminar

Y, finalmente, me bajó, pero con cara de "te dejo caer si me da la gana".

Nos dirigimos a la habitación de Gavi y sin tocar la puerta ni nada, la abrí como si fuera un profesional del "interrumpir". Allí estaba él, tirado en la cama, en boxers, con una pierna colgando del borde, roncaba a lo grande, parecía más un camión en marcha que un ser humano. Parecía que el tío se había metido en una pelea con la almohada y había perdido, porque estaba hecho un lío, con el pelo todo desordenado y la cara medio aplastada contra la almohada.