Alya de Jong||🐬📚
Sira me estaba haciendo una trenza mientras los chicos jugaban al FIFA. Yo estaba sentada en la alfombra frente a ellos, con la cabeza inclinada para que pudiera peinarme tranquila.
Cuando el partido terminó, esperaba que pusieran otro, pero no lo hicieron. Extrañada, levanté la cabeza y me encontré a todos los chicos mirándome fijamente. Bueno, más bien, mirando mi trenza como si fuera el Santo Grial.
—¿Qué os pasa? —pregunté, alzando una ceja.
—¿Me enseñas a hacer eso? —dijo Pablo de repente, desde mi derecha.
Giré la cabeza hacia él, confundida.
—¿El qué?
Él se acercó y cogió un mechón de mi trenza con los dedos.
—Esto, está guapísimo.
Antes de que pudiera responder, Balde levantó la mano.
—Yo también quiero aprender.
—¡Y yo! —soltó Lamine, entusiasmado.
—Pues a mí siempre me ha molado lo de hacer trenzas, así que apúntame también —añadió Ferran, encogiéndose de hombros.
Los miré a todos, boquiabierta.
—¿Pero qué os ha dado con las trenzas de repente?
—Yo quiero saber hacerle trenzas a María —dijo Pedri.
—Yo para peinarme cuando tenga el pelo largo —bromeó Lamine.
—Y yo porque me aburro —remató Ansu, riéndose.
—Madre mía, lo que hay que ver… —bufé, llevándome una mano a la frente—. Vale, venga, os enseño.
—¡Vamos! —celebró Balde, dándome una palmada en el hombro.
Me giré para mirar a Sira.
—¿Me haces una más y así ven cómo se hace?
—Claro, tía —respondió, volviendo a coger mi pelo.
Los chicos se agruparon a nuestro alrededor, observando cada movimiento como si estuviéramos resolviendo una ecuación complicada.
—Vale, pillado —dijo Héctor—. Ahora quiero intentarlo.
—¡Yo también!
Y así, en cuestión de segundos, pasé de tener una trenza perfecta a sentir múltiples manos enredadas en mi pelo.
—¡EH, EH, UNO POR UNO, QUE PARECÉIS UNOS SIMIOS! —grité, intentando apartar manos de todas partes.
—¡Es que no me sale! —se quejó Ansu.
—¡Pedri, suelta mi pelo, que lo estás liando más!
—Yo creo que la estoy dejando bonita… —comentó Ferran.
—Tío, eso no es una trenza, eso es un nudo marinero —se burló Balde.
En medio del caos, noté que Pablo estaba sentado con los brazos cruzados, mirando la escena con el ceño fruncido.
—¿Y tú qué? ¿No ibas a aprender? —le solté, apartando las manos de Lamine de mi cabeza.
—Ya no quiero —respondió, tajante.
Le miré con sorpresa y una sonrisilla burlona.
—¿Qué pasa? ¿Te ha dado miedo hacerlo mal?
—Paso de que toquen tanto tu pelo —bufó, lanzando una mirada asesina a los demás.
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|| UNION EN EL CAMPO || pablo Gavi
FanfictionAlya se muda a Barcelona en busca de nuevas oportunidades, tanto como las ganas de ver a su hermanito cumplir su sueño. Luego de varios años se reencuentra con su mejor amiga y con su primo, pero a la vez un día en el campo de futbol conoce a un chi...