Estábamos arrancando el coche, más mezclados que en la ida, cuando alguien tocó la ventana del lado del conductor. Bajé el cristal y, para mi sorpresa, era Gavi, con una sonrisa nerviosa.
—¿Qué quieres? —pregunté rodando los ojos.
—Hacerle la vida imposible al canario —dijo con tono pícaro, aunque se notaba que le costaba decirlo. Fruncí el ceño, porque esa actitud no era nada típica de él.
Antes de que pudiera responder, Gavi me apartó suavemente y se dirigió a Pau, que estaba sentado a mi lado.
—Pacu, te cambio de coche —le dijo con seriedad.
—¿Por qué? —preguntó Pau, divertido.
—Quiero joderle la vida al canario que tienes al frente —respondió, lanzándome una mirada de reojo.
—Pues yo estoy bien aquí, gracias —le contestó Pau, entre risas.
—Pa’ mí que quiere estar con Alya —intervino Héctor, que no perdió la oportunidad de soltar una pullita. Yo, por supuesto, le di un manotazo flojo en la pierna.
—Anda, Pacu, y hago lo que quieras, hermano —insistió Gavi, con tono de chantaje.
—Eres un chantajista, Martín —hablé por fin, cruzándome de brazos.
—Venga, tío, porfa. Que viajar con una pareja no es divertido.
—Por eso mismo, ni yo quiero —respondió Pau, encogiéndose de hombros.
En ese momento, vimos a Zahir asomarse por la ventana dando saltos y Gavi lo cogió en brazos mientras el pequeño decía:
—¡Yo quiero ir con tata Alya y tito Pedri!
—¿Y conmigo? —preguntó Balde, haciéndose el ofendido.
—Contigo también, Balde —respondió Zahir, con su sonrisa inocente.
—Venga, Pau, por Zahir —dijo Gavi, dándole un toque más tierno a su petición.
—Venga, vale. Dame campo para salir, porfa —dijo Pau, cediendo finalmente.
Me bajé para que Pau pudiera cambiarse de coche y esperé junto a la puerta, dejando espacio para que Gavi pasara. Sin embargo, no se movió.
—¿Piensas pasar o te quedas aquí plantado? —le pregunté, arqueando una ceja.
—No quiero ir al medio —respondió, sin mirarme.
—Venga, voy yo al medio, pero dame a Zahir —le dije, extendiendo los brazos.
Gavi me entregó a mi hermano, y yo me senté junto a Héctor, dejando que Gavi tomara el asiento que quería. Una vez todos estuvimos listos, Pedri arrancó el coche y empezamos el viaje.
El ambiente era tranquilo, pero no pude evitar fijarme en Gavi, que estaba mirando por la ventana con las mejillas completamente rojas. No era normal en él estar tan callado, así que me acerqué un poco para preguntarle en voz baja:
—¿Ahora te da vergüenza estar conmigo por nuestro acercamiento?
Gavi no respondió, simplemente apretó los labios. Resignada, me giré hacia el frente, sonriendo al ver a Pedri manejando concentrado mientras Ansu tarareaba canciones que sonaban en la radio.
—¡Nos vamos de roadtrip otra vez! —exclamé con entusiasmo, rompiendo el silencio.
—¿Tienes ganas de volver a Barcelona? —preguntó Pedri.
—Sí, está mi madre allí, así que la volvería a ver —respondí con una sonrisa.
—¿Está mamá en Barcelona? —preguntó Zahir, que jugaba feliz en las piernas de Héctor.

ESTÁS LEYENDO
|| UNION EN EL CAMPO || pablo Gavi
FanfictionAlya se muda a Barcelona en busca de nuevas oportunidades, tanto como las ganas de ver a su hermanito cumplir su sueño. Luego de varios años se reencuentra con su mejor amiga y con su primo, pero a la vez un día en el campo de futbol conoce a un chi...