XL

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Estábamos la mayoria tirados en la sala: Pepi, Balde, Ansu, María, Zahir y yo. Los chavales liados con el FIFA, ya os imagináis, discutiendo por quién se quedaba con mi hermano.recordar eso hizo que se me salga una risita:

—¡Yo con Zahir! —gritó Ansu, más rápido que nadie.

—Que no, tío. El peque quiere estar conmigo, ¿verdad, chiquitin? —dijo Balde, guiñándole un ojo.

—Venga ya, flipao. Zahir prefiere estar conmigo, ¿a que sí, peque? —saltó Pedri, metiendo baza como siempre.

—Sueña tú, Pedri. Está claro que Zahir quiere estar conmigo —dijo Ansu, levantándose a cogerlo, pero Balde lo frenó de un empujón.

—¡No toques al principito! —gritó Balde, poniéndose dramático.

—Eso, ni te acerques al heredero cabron —añadió Pepi levantándose el para cogermo

—¡Pedro González, ni lo pienses! —saltó Balde otra vez, cruzándose de brazos como si tuviera autoridad.

Ahí estaban los tres, empujándose como críos, mientras Zahir, sentado en mi regazo, les miraba con cara de “estos están locos”. Al final, se plantaron delante de él con sonrisas de anuncio y los brazos abiertos como si fueran sus salvadores.

—¿Con quién quieres estar, peque? —le pregunté medio riendl.

—No sé... —se encogió de hombros

—Seguro que conmigo, ¿a que sí? —dijo Pepi, más ilusionado que un niño con regalo nuevo.

—No quiero hacer sentir mal a ninguno... —dijo mi hermano, y yo casi me derrito de amor con lo mono que es.

—No lo obliguéis, que no quiere decidir —les corté, abrazándole para que no se sintiera incómodo.

—Hacemos un sorteo, fácil —propuso Ansu, sacando un dado de quién sabe donde—. El que saque el número más alto, gana.

Se partieron de risa, lanzando el dado uno a uno, hasta que Ansu sacó un seis y empezó a fliparse.

—Eso está trucado, macho—protestó en un quejido Balde, mirando el dado como si le hubiera traicionado.

—Se llama suerte, amigos. -

Al final, Zahir se fue con Ansu luego de que le prometiera un helado a escondidas. Ansu, todo orgulloso, lo sentó en su regazo y empezó a presumir.

—Venga, que ahora somos equipo, peque. Vamos a machacarles.

—Tramposo, eso fue manipulación emocional—protestó Balde, cruzado de brazos como un niño enfurruñado.

—Si pierdes con el dado, pierdes con honor —soltó Pedri, que no se había enterado de el trato con helado

Se pusieron todos a jugar al FIFA, pero madre mía, qué espectáculo. Ansu y Zahir formaban equipo, pero cada dos minutos había gritos y empujones por parte del otro equipo.

—¡Eh, ese era mi gol! —gritó Balde, intentando quitarle el mando a Pedri para que dejase de jugar.

—¡Tú qué sabes jugar, si siempre te haces autogoles! —respondió Pedri, defendiéndose con un cojín.

Zahir miraba a Ansu con una risa y una cara de desconcierto mientras este intentaba controlar el caos:

—¡Parad ya! —decía

En pleno caos, Balde y Pedri seguían discutiendo por quién era peor jugador, cuando los dos agarraron un cojín del sofá y se lo lanzaron a Ansu.

Ansu, que estaba intentando poner un poco de orden, después de eso no se lo pensó dos veces y se lo devolvió directo a la cara, partiéndose de risa.

|| UNION EN EL CAMPO || pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora