Jisung se removió en su cama incómodo, sentía el cuerpo pesado y lo que menos quería era levantarse por el sonido de aquella molesta alarma.
Después de pensarlo por unos minutos se levantó y se dirigió hacia el baño. Fuera escogió cualquier cosa al azar; no estaba de ánimos para nada. Se miró en el espejo de cuerpo completo de su cuarto y su rostro era un desastre. Las bolsas oscuras bajo sus ojos eran difíciles de ocultar. Aplicó un poco de maquillaje para disimularlas, pero sus mejillas sonrojadas seguían delatandolo.
Jisung se sentía enfermo. Hacía varios días de los sucedido, días en los que no había hablado con absolutamente nadie. Ni siquiera con Seungmin que hasta había montado huelga frente su puerta y aún así no le abrió.
Después de tomar una pastilla para el dolor de cabeza salió de su habitación con su mochila y el estuche de su guitarra, pero antes de tan siquiera llegar a la sala se detuvo por un delicioso olor proveniente de la cocina. Guiado por ese aroma se deshizo de todo lo que llevaba encima y se encaminó hasta que encontró lo que quería. En la encimera de la concina había un rico plato de waffles esperando por él.
Corrió hasta que alcanzó el primero y antes de tan siquiera darle un mordisco un carraspeo lo detuvo.
—Vaya, no puedo creer que quieras más a los waffles que a mí —Jisung se giró al escuchar esa voz y soltando el waffle se lanzó a los brazos de su progenitora.
—Má —Jisung la abrazó con todas sus fuerzas y por alguna razón quería llorar. Luego de no verla por días tratando de ocultarle su estado de ánimo, ahí estaba, celandolo por un plato de waffles —, te extrañé —murmuró bajo mientras la mayor le acariciaba el cabello.
—Porque quieres, sabes que siempre podrás encontrarme en el piso de abajo —por un segundo se quedaron en silencio, solo abrazándose —. Bebé, ¿Te sientes mal? —la mayor alzó el rostro de Jisung mientras le acariciaba las mejillas — ¿Sung? Tienes un poco de temperatura —la mayor cambió su expresión por una preocupada al sentir lo caliente que estaba Jisung y su preocupación aumentó al ver las ojeras bajo aquel maquillaje que no hacía mucho por cubrirlas.
—No es nada, estoy bien. Ay, mira la hora, se me hace tarde —Jisung se apartó rápidamente de los brazos de su madre que no tenía intención de soltarlo y le dio un beso en la frente para luego salir corriendo de la cocina a por su cosas.
—¡Jisung, alto ahí!¡Tienes fiebre! —Jisung salió del ático escuchando los gritos de su madre, pero aún así no se detuvo.
Llegó a su auto y con un poco de tos por fin arrancó y se dirigió a la escuela.
—Me siento fatal —comentó el menor llegando a la universidad —, creo que fue una pésima idea venir.
Jisung miró a los estudiantes entrando a la universidad y luego miró su aspecto en el espejo. Negó dispuesto a irse, pero justo en ese momento Seungmin llegó aparcando su auto justo a su lado.
Jisung lo vio, salió inmediatamente de su auto y se adentró a la escuela rezando que Seungmin no lo hubiea visto, aún no estaba preparado para contarle nada.
Las clases comenzaron y Seungmin y Jisung coincidieron en una sola clase: la de Namjoon.
Aún así, Jisung siguió con su necedad e ignoró a todos. Incluso Namjoon se había acercado a él preguntándole si estaba bien y él siguió fingiendo una sonrisa. Todos notaban lo falsa que era, pero nadie lo cuestionó.
— ¿Lo encontraste? —Seungmin miraba a Jeongin preocupado.
—No, salió muy rápido del salón —comentó agitado el pelirosa —. Voy a seguir buscando en los baños y la cafetería, quizás se esté encondiendo ahí.
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「✦𝙳𝚛𝚒𝚟𝚎✦」⋆ ★ ᴹⁱⁿˢᵘⁿᵍ
RandomJisung tenía una vida color de rosa. Exacto. Énfasis en la palabra tenía. Pero, pensándolo bien... ¿dónde fue que todo comenzó a desmoronarse? ¿Fue acaso cuando su mejor amigo lo dejó a merced de un desconocido? ¿O cuando ese extraño empezó a...
