Capítulo XLI.- Ya No Eres La Misma

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—Asi como lo oyes.

—Pero tú debes estar como presidente de la empresa de tu padre.

—Lo sé, pero, aun no es el momento.

—¿Cómo que no es el momento? A que te refieres.

—Kaoru lo que pasa que entre a trabaja a la empresa Sengoku no como hija de los Higurashi.

—¿Qué dieces no te entiendo?

—Asi como lo oyes entre con el apellido de mi madre.

—Pero ¿Por qué?

—Pues antes de morir mi padre me dijo que un socio de la empresa fue quien lo ataco.

—¿Cómo sabes quién es?

—No exactamente solo escuche apellido que empezaba con Tai, le pregunte a mi madre y en la empresa están dos socios que son los Taisho y los Taira.

—Entonces que tienes pensado hacer.

Ya estoy en eso, me vengare de ellos y no perdonare lo que le hicieron a mi padre, pagaran lo que nos hicieron a mi madre y a mí. —empuño sus manos.

Kaoru al escuchar esto—Pero Kagome no hables asi, esta venganza no te traerá nada bueno, deja esto en manos de la policía además tú puedes correr peligro si el asesino se entera quién eres realmente.

—No importa.

—La verdad que eres tan testaruda no has cambiado en nada, solo te pido que te cuides mucho, pero ya sabes cómo vas a realizar tu venganza.

—Si, para vengarme tengo que hacer que el hijo mayor de los Taisho se enamore de mí y asi puedo realizar mi venganza.

—¡Ah! Te refieres al joven Sesshomaru Taisho, pero ese chico es bastante atractivo te apuesto que tu quedaras enamorada del.

La azabache al escuchar esto por parte de Kaoru—No eso no sucederá —esto lo dijo con un leve sonrojo.

De esto se dio cuenta aquella mujer de cabello negro —Sonrió levemente.

Kagome la miro —Ni loca —se cruzó de brazos.

—Nos vamos tengo que regresar al hospital Kagome.

—Si.

Afuera del restaurante —Entonces luego nos vemos Kagome y gracias por ayudarme con las cirugías cuando tengas otra oportunidad como esta llámame y trabajaremos juntas nuevamente.

—Claro Kaoru será un placer—Ambas se despiden la azabache de dirige a su casa miro su reloj eran casi las cinco de la tarde.

Vaya se fue el día muy rápido—llego a su casa entro y se sentó en el sofá, su gato se acercó a ella y se sentó en sus piernas.

Ella lo acaricio—Buyo disculpa por no hacerte mucho caso en estos días, pero me alegra que tú siempre estás conmigo en las malas y en las buenas.

Aquel gato se acorruco en ella y empezó a runrunear la chica de ojos color chocolate lo acariciaba.

Aquel gato se acorruco en ella y empezó a runrunear la chica de ojos color chocolate lo acariciaba

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