Capítulo X- No, Nos Dejes.

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En el transcurso del camino iban en silencio, Kagome miraba por la ventana la ciudad y pensaba en esos momentos. —He vuelto a mi lugar de origen había soñado en estar aquí junto a mi padre y madre, pero no en estas circunstancias.

Ella recarga su cabeza en la ventana y su mirada se pone triste y sus ojos llorosos a lo cual Koga se dan cuenta y le habla, pero su padre lo mira y le dice con la mirada que la deje un momento.

El no soportaba ver a su amiga así, y empuña sus manos con fuerza. —Amiga te prometo que encontraremos al culpable de esto. —pensó para sí mismo aquel chico de ojos color azul celeste.

Después de un largo camino llegan al hospital entran y se dirigen al lugar donde estaba su madre junto con Yura y Ayame, la azabache miro a su madre sentada en el sillón sollozando por lo sucedido a su esposo.

Ella al ver así a su madre sintió un vuelco en el corazón, sus amigas no se habían percatado de la presencia de la chica de ojos color chocolate.

Hasta que escuchan una voz familiar para las tres —¡Hola! ¡Madre!

Aquella mujer de cabello negro y ojos color café al mirar ahí a su hija su mirada se ilumino y se levantó del sillón corrió hacia ella—¡Hija! ¡Hija! Has vuelto —la abrazo al igual la azabache.

—¡Mamá! ¡Mamá! —decía aquella joven con sus ojos llorosos. —He vuelto.

Tanto como Yura, Ayame, Koga y el padre de aquel joven de cabello castaño al ver la reunión de ellas dos las dejan solas por un momento.

— ¡Kagome! Tu padre está muy grave. —decía su madre con desesperación, ella la toma de su rostro.

Aquella joven al ver a su madre así, sintió un nudo en la garganta, en esos momentos tenia que se fuerte para ella y no seguir llorando.

—El estará bien madre ten fe. —dijo a su madre reconfortándola.

En ese momento llega la doctora Ishida —Buen día señora Higurashi vengo a ver a su esposo.

La doctora Kaoru Ishida en primera instancia no reconoció a aquella chica de cabello negro — ¡Kagome ¿Eres tú?

—¡Doctora Ishida!

—¡Hola! Ya tenía tiempo sin verte, has vuelto por lo de tu padre. — La azabache asienta con la cabeza positivamente

—¿Qué te parece si pasas conmigo a la visita? y te pongo al tanto en la situación en que esta tu padre

—Sí, doctora Ishida.

—Ahora vuelvo mamá iré a ver a papá.

—Está bien hija.

Las dos pasan a verlo, Kagome se sorprende al verlo el estado en que se encontraba su padre se le hacía un nudo en la garganta quería correr y abrazarlo, pero se contuvo ya que había entrado la doctora Ishida con ella.

Ella mira el expediente de su padre viendo las notas médicas con autorización de la doctora ella al ver aquellas miraba que su pronóstico era malo.

—Entonces Kaoru –sama mi padre tiene poco tiempo de vida.

—Ah sí es Kagome se le hizo lo que se pudo donde tiene la herida toco uno de sus órganos vitales.

La azabache no pudo contener más y dejo caer el expedienta al piso sus fuerzas se alejaban de ella no podía creer lo que le decía Kaoru, ella no quería escuchar aquello quería despertar de aquella pesadilla, se desvaneció cayendo al piso hincada y sin contener lo que sentía lloro desesperadamente,

Kaoru al verla así, se acercó a ella y la abraza, debes ser fuerte Kagome por tu madre.

—No puedo resistirlo más.

En eso momento escucho la voz de su padre nombrándola—¡Kagome! ¡Kagome!

Ella se acercó a él, lo tomo de la mano aun con lágrimas en sus ojos. — Papá aquí estoy he vuelto.

Su padre entre abrió los ojos y se alegra al ver su hija y de sus ojos también escurren lágrimas de felicidad, apenas podía hablar, hablaba entre cortadamente ya que cada vez que quería hablar se agitaba muy rápido.

—Hija has vuelto perdóname por las cosas que te dije aquellas ves, espero que un día me perdones.

—Por favor papá no hables más te hará daño descansa yo no tengo nada que perdonarte al contrario tu a mí, yo fui una mala hija contigo. —dijo aquella joven llorando.

Su padre la miraba con esa gran tristeza y con una de sus manos la tomo del rostro— No llores hija se fuerte y cuida de tu madre.

—No, papá no digas eso te pondrás bien.

—Tu bien sabes eso hija yo...—El empezó agitarse demasiado le faltaba aire.

— Ya no hables más descansa por favor. —ella se limpiaba las lágrimas que no podía contener.

—Kagome tengo que decirte que...

Ella ya no lo dejaba hablar más. —Por favor guarda silencio y descansa si no te hará daño.

—¡Hija! cuídate de...—Mientras más hablaba se le iba la voz y se agitaba más.

—¡De quien padre! Esa persona fue quien te hizo daño, dime quien fue.

Acá afuera Ayame, Yura y Koga estaban esperando que saliera su amiga, en ese momento llego Bankotsu

—¡Hola chicas! ¡Koga! ¿Cuándo llegaste?

—Pues tenemos rato.

—Encontraste a Kagome. —expresó aquel joven moreno

—Sí, esta con su padre ahí adentro.

Mientras acá en la habitación donde estaba el señor Higurashi, la azabache se acercó más a su padre para alcanzar escuchar lo que le iba a decir y que persona lo había lastimado.

Kagome fue Tai... — ella no entendía que quiso decir su padre con esas primeras letras.

Fue lo último que dijo su padre y murió al instante la azabache al ver esto grito de desesperación y lloraba desconsoladamente.

Su grito se escuchó hasta afuera que los chicos al escucharla al igual que su madre entraron corriendo a verlo.

Kagome aun lo tenía tomado de la mano y gritaba que no las dejara., la madre de ella al verla no podía creer lo que estaba viendo se hincó ante él, lo tomo de la mano y empezó a llorar.

—No, por favor no nos dejes Reigi que voy hacer sin ti.

La chica de ojos color chocolate al ver a su madre se acercó a ella y se abrazaron. —Tranquila mamá no estarás sola a partir de ahora estaré contigo.

Las chicas al ver esto también llorar al ver la tristeza de su amiga. Los chicos abrazan a sus esposas ya que la tristeza los embargaba en ese momento.

Koga se acerca a su amiga y lo toma de hombro ella al sentir aquella mano amiga se reconforta ya que siente que no está sola que sus amigos están con ella en las buenas y las malas.

Continuara...

Prohibido Enamorarte Del EnemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora