Prohibido Enamorarte Del Enemigo

Capítulo v.- La Petición del Señor Higurashi.

—Señor Higurashi tranquilícese no haga mucho esfuerzo eso le hará daño—acotó que joven de piel morena y ojo azules preocupado por él.

— ¡Chicos! ¿Quiero pedirles un gran favor? Antes de que yo... —dijo aquel hombre sin aliento y entrecortada la voz.

Koga al escucharlo hablar así, se acerca a él —No hable así, usted se pondrá muy bien.

En eso el chico moreno lo miro —Señor Higurashi ¿Qué es lo que nos quiere decir? —replicó Bankotsu.

— ¡Koga! ¡Bankotsu! Vayan a mi oficina y tráiganme un sobre amarillo que está en el segundo cajón de la gaveta son unos papeles muy importantes que deje ahí.

—Sí, señor Higurashi ¿Ahora se lo traeremos? —dijeron en unisón ambos jóvenes.

Los dos salen de ese lugar y comentan a los demás que van a ir a la empresa a recoger unos papeles que son muy importante para el señor Higurashi cuando iba camino para allá, van en silencio, el chico de ojos azules es quien rompe aquel silencio.

— ¡Koga! Tú sabes ¿dónde se encuentra Kagome?

El solo asienta con la cabeza negativamente. —Hace tiempo que he perdido contacto con ella.

Bankotsu solo deja escapar un suspiro largo e inconforme— ¡Ahora que vamos hacer! Amigo tenemos que localizar a Kagome debemos avisarle ya ves que la quiere ver.

—Tienes razón—contestó aquel chico de ojos color azul celeste.

Llegan a la empresa recogen ese papel muy importante y regresan al hospital lo más pronto posible al llegar reciben una mala noticia que el señor Higurashi se había puesto más malo que antes. Naomi estaba desconsolada, lloraba por su esposo que amaba tanto, Yura la abrazaba y Ayame también lloraban junto con ella, Ryo, Akihito y Takeshi estaban tristes.

— ¡No puede ser! —pensaba para sí mismo Ryo ya que ellos eran buenos amigos lo quería como un hermano.

La doctora Ishida sale de la habitación junto con sus asistentes y les da las malas noticias que a la mejor no pasa la noche ya que se su salud se agravo más.

Naomi llora desconsoladamente no podía contener su llanto, la doctora les dice que hizo todo lo posible que solo que había solo que esperar, luego se dirige con Koga.

—Joven Fujiwara, el señor Higurashi lo quiere ver, puede pasar un momento solo le pide que no haga que se fatigué.

Aquel chico de cabello castaño al verlo más decaído se le hizo un nudo en la garganta —Señor aquí lo que nos pidió—expresó ese chico en tono triste.

El Señor Higurashi con dificultad intentaba abrir sus ojos— ¡Koga! Este documento quiero que lo guardes tú y lo cuides —decía aquel hombre de cabello negro y ojo color café.

— Claro será como usted diga —reafirmó el joven de cabello castaño, hubo partes que el no llego a entender ya que aquel hombre se agitaba muy pronto.

—Este documento quiero que se lo entregues a mi hija Kagome es el testamento donde le dejo la parte de la empresa que nos pertenece, quiero que me guardes este secreto no quiero que se lo entregues pronto tú sabrás el momento en que deba tener este documento en sus manos.

El chico de cabello negro y ojos azul celeste no pudo evitar derramo lagrimas que no pudo contener en ese momento, acepto la petición de aquel hombre— Así será señor Higurashi confié en mi yo se lo daré personalmente.

El sale de la habitación triste y decaído su esposa lo abraza — ¿Estas bien querido?

—Si Ayame.