Wonka //KookTae

Chapter 30

⚜️Secreto A Voces⚜️

Cuando Lisa miró la puerta de aquel lugar cerrarse, mientras lloraba con los brazos de la mujer rubia rodeándole, fue como si te dijeran que nunca tendrías un juguete que querías, cuando te caes de una bicicleta y todos se ríen, o cuando sientes un regaño de parte de tus padres que te hacer llorar y desear retroceder el tiempo para no haber causado ningún desastre.

Pero eso no era un desastre que le ofreciera un regaño, era un sentimiento tan agrio que al llorar, sentía un dolor en el pecho, era casi como si al respirar o sollozar le pusieran un peso en el.

La mujer al ver que La Niña hacía un poco de escándalo generando atención que no necesitaban, la tomó de los hombros y la llevó hacia un pasillo donde se escuchaban cosas que un niño de 9 años, no debería siquiera escuchar.

Después de caminar unos pasillo, llegaron a una puerta dorada, había una estrella mal colocada y a punto de caerse, la abrió y la cerró de inmediato.

—Estas malditas hijas de puta..— Minhim susurró sin notar, que la pequeña que aún tenía lágrimas en su mejilla escuchara — quédate aquí pequeña..— le sonrió como pudo con su rostro algo adolorido y entró.

Al abrir la puerta y adentrarse rápido para cerrarla, Lisa miró sin querer, dos mujeres tiradas en el suelo encima de muchas prendas con plumas de extravagantes colores y brillos por todos lados, abrió los ojos ya que..

Estaban desnudas...

Y se están besando.

Retrocedió asustada por tal escena, su cuerpo tembló al escuchar como desde adentro algo quebrarse se escuchó.

No quería entrar, no sabía que hacer, solo quería estar en su casa, en su cuarto, con su muñeca Lola de mechas rojas y ojos mal cocidos por su padre que no le pudo comprar una muñeca decente.

Su padre.

Desde que lo vio muerto, y los policías llamaron a una ambulancia, quienes habían retirando el cuerpo, no había sabido nada de el.

Desde su ventana noto como los vecinos limpiaban con cubetas y escobas el lugar, algo tranquilos pero también hablando entre ellos, como si aquello fuese normal.

Era probable que aquella desagradable y horrible escena, sea la última vez que lo viese en este mundo.

Centrada en su mente, no noto cuando un hombre la veía desde el final del pasillo, habían dos anillos gruesos de oro en sus dedos y un traje que apestaba a nicotina.

Llegó hasta la castaña y pasándose la lengua por la boca dejó caer la mano en un hombro de La Niña, que sobra decir se asustó y trató de apartarse.

—Pero que linda..— sonrió mostrando los dientes en mal estado, seguro por el cigarrillo — ¿como te llamas nena?

Lisa tartamudeó sin querer hablar, retrocedió un paso de sus pies con calcetas mal colocadas.

—La..—l-la..— tartamudeó — Lisa..— corrigió.

El hombre sonrió con mucho orgullo, y estuvo por hablar y llevarse a la pequeña por un pasillo lejos, pero la puerta dorada se abrió tras ellos, saliendo dos mujeres con batas transparentes y plumas en los bordes, ambas salían con una sonrisa mientras la rubia las empujaba desde atrás.

—Es la última puta ves que se meten en mi..—paro de renegar al ver a quien tenía frente a ellas —S-señor Frank— se quedó helada.

El hombre solo le vio y alzó una ceja.

—Hola Bessy..— saludó sin ánimos y vio a las otras chicas — chicas...— asintió en su dirección.

—A trabajar niñas — la rubia demandó hacia las morenas que asintieron y se fueron de ahí —¿Que tal señor?