Pepper lo sabría, por supuesto que sí. Sorprendida por la elección de pareja, pero no por la preferencia de Tony. Ella había sido testigo de lo que su amigo compartía con Steve, incluso sin que Tony lo verbalizara. Podía verlo en los pequeños gestos, en las rápidas miradas que ambos intercambiaban durante las reuniones o en los silencios cargados de significado cuando estaban cerca.
Sabía, también, lo destrozado que Tony quedó tras aquella dinámica fallida. Lo notó en los pequeños detalles: en cómo respondía distraído, en la forma melancólica en que su mirada se perdía al revolver el azúcar en su café, o en la ausencia de las habituales bromas que solía dirigir al soldado durante las reuniones.
Por supuesto que lo sabría.
Afuera, el mundo seguía sumido en la incertidumbre, hambriento de respuestas. Cada roce, cada gesto captado en pantalla, alimentaba la curiosidad insaciable de quienes buscaban descubrir qué había realmente entre los dos hombres.
¿Alguien más podría notarlo?
Hank McCoy lo sabía. El hombre que cuidó en la mansión durante tanto tiempo, ocultaba algo. Sabía que el telépata, siempre impecable y puntual, tenía un motivo más allá del trabajo para arreglarse con tanto esmero últimamente. Ese motivo llegaba con el rugido de un motor inconfundible, estacionándose justo en la entrada de la mansión en cada salida.
Al mirar la televisión mientras ordenaba frascos, logró ver aquella interacción entre ambos hombres. Solo sonrió con incredulidad, no sorprendido en que fueran pareja, sino más bien, en que Charles se dejara captar por las cámaras de esa forma, sabiendo lo que su telepatía podía provocar.
Lo sabía, entendía que Tony era especial para Charles.
Ambas personas con una cercanía indudable hacia los protagonistas de los rumores, habían sido engañados también. Así la sutileza del plan, lo calculado y elaborado de todo.
No hubo ninguna otra llamada además de la de Pepper después de la cita en las carreras de autos. Eso podía significar dos cosas: o los dos idiotas seguían ajenos con respecto al espectáculo que habían provocado, o lo sabían perfectamente, pero sus orgullos inflados no les permitían mostrarlo aún.
—Pepper se preocupó demasiado. — Tony miraba el panorama caótico de la ciudad, recargado en el barandal. Una vista increíble desde un sitio tan alto como lo era la azotea de la torre Stark. —Le preocupan los comentarios que la gente haga.
—Comentarios siempre habrán. — Charles, conocedor de los prejuicios de la gente.
—Lo sé, no me importa realmente.
—A mi tampoco. — Una sonrisa se formó en el rostro del mutante.
Para ambos, los comentarios de la gente carecían de peso. Las palabras solo importaban cuando venían de personas que ocupaban un lugar especial en sus vidas; fuera de eso, el murmullo ajeno era poco más que ruido de fondo.
Habían pasado un par de semanas desde que la primera persona en su círculo social cayó en el engaño. Perfeccionaron su protocolo desde entonces.
Formaron una historia romántica, convincente, no tan lejana a la realidad. "Éramos compañeros en la universidad. Nos reencontramos una noche tomando algunos tragos, convivimos más, nos enamoramos." Claro que, Charles era el encargado de añadir el toque creíble al asunto. Bastaban un par de palabras lindas hacia Stark, y todos caían en la trampa.
—Fury me llamó hace un rato. Dijo que necesitaba hablar conmigo.
—¿Será por...?
—Probablemente. — Una sonrisa llena de diversión. —Se tardó un poco.
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OJO POR OJO
Fanfiction¿Una relación falsa? Para Charles Xavier, la idea probablemente sonaba infantil, incluso absurda. Pero la propuesta tenía un tinte de intriga irresistible, especialmente viniendo de Tony Stark y su retorcida genialidad. Un plan calculado, casi diabó...