17. Sinceras disculpas

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El ruido de la discusión llenaba la sala, creando un ambiente casi humorístico a pesar de la gravedad del asunto. El telépata, visiblemente preocupado, reprendía al vengador con una mezcla de irritación y alivio.

Steve Rogers los miraba con atención, siendo simplemente un espectador de la discusión. LLevaban así todo el camino hasta que todos pudieron regresar a la base. Fue aliviante ver que alguien más se preocupaba por el desinterés de Tony en cuidar su propia vida y que no era un simple hombre que le seguía el juego al tipo. 

—Charles…

—No, no tenías que arriesgar tu vida así.

—No me arrepiento. Pude decirle varias cosas... y que agradezca que no pude continuar.

El vengador permanecía sentado mientras miraba al telépata parado frente a él. En su mejilla resaltaba un visible moretón, su labio partido mostraba pequeños rastros de sangre seca, y en su cuerpo se intuían varios moretones. A pesar de todo, mantenía esa chispa de desafío en los ojos, como si incluso en su estado no pudiera evitar bromear o restarle importancia al dolor.

—Agradece tú que él no te matara. 

—Dramatizas, Charles.

—Un corazón con metal, Stark.— Dijo el telépata señalándole el pecho al hombre. 

—De todas formas no me iba a matar. Sabe que eso te haría daño a ti.

El mutante alzó una ceja con incredulidad. Su mano navegó a uno de los moretones en el rostro del hombre y colocó la pequeña bolsa de hielo sobre la mejilla del hombre, siendo cuidadoso en el proceso.

—¿No te has mirado en el espejo, verdad?— El mutante frunció el ceño y presionó un poco más la bolsa de hielo, sacándole un gesto pequeño de dolor al hombre. 

—Solo me tomó desprevenido. Si la pelea hubiese sido justa y a puño limpio, él caería de rodillas. 

—Te saca más de 10 centímetros de estatura. 

—Al menos apóyame con mentiras. 

—Pff... — Charles trató de no sonreír.

Charles no quería que el hombre creyera que podía deshacer su enojo tan fácilmente. Debía aprender de sus errores, aunque eso implicara resistir la tentación de reírse.

—No quiero que vuelvas a hacerlo.

—Lucharía por el honor de mi “novio” las veces que fueran necesarias.

—No necesito que pelees por estupideces.— Dijo Charles, colocando un pequeño algodón sobre el labio partido de Tony. 

Stark no paraba de mirarlo con diversión, casi como si no prestara atención al regaño mientras sentía la atención de su amigo sobre su herido labio. 

—Ouh, lo siento, cariño. Creo que mis labios no funcionarán mucho hoy.— Murmuró el vengador con un tono divertido, alzando la mirada hacia el mutante y disfrutando el momento. 

Charles se quedó quieto por un instante, procesando lo que el comentario insinuaba. Su expresión pasó de una genuina confusión a un enojo torpe, de esos que, más que transmitir verdadera indignación, dejaban entrever un nerviosismo e incredulidad. 

—Qué tonto...— Replicó desviando la mirada al ser víctima de bromas en tales circunstancias.

Tony dejó escapar otra risa mientras miraba al hombre que intentaba reflejar su indignación. Sus manos pasaron al torso de este y lo atrajeron hacia él para continuar molestándolo. Era una efectiva forma para distraer a su amigo de los constantes regaños.

OJO POR OJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora