El día de construcción transcurría como siempre para Hank McCoy, mirando cómo los avances cada vez los acercaban más al resultado final. Era interesante la forma en que todo parecía mejorar para la mansión.
Todo iba con normalidad, a excepción de un pequeño detalle: Charles y Tony.
Hank notaba la peculiar dinámica entre ambos. Podían pasar de intercambiar bromas y conversar con naturalidad, a sumirse en un silencio tenso, evitando mirarse demasiado tiempo. Descifrar lo que ocurría entre ellos resultaba un desafío.
Los observaba desde la ventana de la cocina, notando los sutiles gestos extraños y repetitivos. Charles entrelazaba las manos detrás de su espalda, cambiándolas de posición con nerviosismo, mientras Tony daba pequeños golpes con el pie hacia el suelo en un movimiento inquieto.
Llevaban algunos días así.
A veces intercambiaban bromas hasta que el silencio se colaba entre ellos, una pausa cargada de una extraña mezcla de nerviosismo y juego. En una ocasión, Charles tomó la mano del vengador para ayudarlo a levantarse de los escalones, y ambos soltaron más risas de lo usual cuando estuvieron a la misma altura. Hank los observaba desde la distancia, sin comprender del todo lo que estaba sucediendo entre ellos.
El dúo siempre tenía su propio ritmo, a veces difícil de descifrar, pero esos días algo en su comportamiento era distinto, más extraño de lo habitual. Hank frunció el ceño, preguntándose si debía preguntar al respecto o si era mejor dejarlo pasar.
La hora del almuerzo llegó y, como siempre, Hank había preparado emparedados para los hombres. Sin embargo, esta vez decidió quedarse a almorzar con ellos. Sus ganas de desentrañar lo que estaba sucediendo entre Charles y Tony superaban su amor por el silencio.
—La mansión va luciendo bien. —dijo Hank mientras comía, pasando su mirada de uno a otro.
Ambos hombres estaban sentados uno a lado del otro, comiendo mientras disfrutaban los emparedados de cada día.
—Hemos perfeccionado varias cosas. —comentó Tony mientras le daba una mordida a su emparedado— La tecnología de seguridad en las puertas reducirá varios riesgos.
—Pronto terminarán también con el laboratorio. Creo que es lo último que queda. —dijo Charles con una sonrisa.
Hank suspiró al saber que pronto llegaría el momento en el que podría volver a su querido laboratorio. Al menos sabía que esa era la última parte de la remodelación, y por lo tanto, pronto estaría todo listo para abrir sus puertas nuevamente.
—Exacto. —El vengador esbozó una sonrisa orgullosa— Pronto todo estará listo.
—Sí... —murmuró Charles.
El dúo se miró de una manera que, para Hank, resultó extraña, como si la noticia de la finalización de la mansión no fuera lo suficientemente feliz. Había algo más en sus expresiones, algo que no terminaba de encajar del todo.
—Pero nos veremos todos para comer hamburguesas. —comentó rápidamente Tony, posando su mano sobre la mesa en un intento de avivar el ánimo.
—Sí, tendremos pequeñas salidas los sábados. —Charles sonrió ligeramente.
—Claro, claro. —murmuró el vengador mientras se aclaraba la garganta. —O no tan pequeñas. En realidad, mi horario está disponible toda la semana.
—¿Toda la semana? —preguntó el telépata mientras se volteaba para verlo.
Tony asintió con la cabeza mientras se dedicaba a comer. Su horario podía estar disponible, lo forzaría a estar disponible. Charles sonrió ligeramente al verlo asentir, pero pronto volvió a centrarse en su comida. El silencio se instaló entre ellos, solo interrumpido por el sonido de los cubiertos contra los platos.
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OJO POR OJO
Fanfic¿Una relación falsa? Para Charles Xavier, la idea probablemente sonaba infantil, incluso absurda. Pero la propuesta tenía un tinte de intriga irresistible, especialmente viniendo de Tony Stark y su retorcida genialidad. Un plan calculado, casi diabó...