14. Fotos de recuerdo

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El sol llevaba casi seis horas dominando el cielo cuando Tony finalmente abrió los ojos con dificultad. Un punzante dolor en la cabeza, secuela inevitable de la ebriedad, lo obligó a cerrar los párpados de nuevo por al menos unos cuantos segundos. Su vista, aún borrosa, luchaba por enfocar el entorno desordenado que lo rodeaba.

Tardó unos segundos en procesar lo que pasaba mientras sus ojos recorrían el lugar. Botellas vacías yacían desperdigadas por el suelo, evidencias claras de la noche anterior.

Al levantar la vista, reconoció la sala superior de la torre. Eso solo podía significar una cosa: en algún punto después de la fiesta, había terminado ahí, aunque no recordaba exactamente cómo y aún más, considerando que tuvo que subir las escaleras en estado de ebriedad. 

Tony se tomó algunos segundos, masajeándose las sienes mientras intentaba juntar las piezas de la noche anterior. Fragmentos empezaron a llegar a su memoria, incluyendo la imagen de él mismo, asegurándole a Hank que cuidaría de Charles. Ese recuerdo lo golpeó como un balde de agua fría, haciendo que abriera los ojos de par en par. Con un esfuerzo torpe, se levantó del suelo, tambaleándose un poco antes de apoyarse en uno de los sofás para estabilizarse. 

—¡Charles!— Exclamó arrepintiéndose al instante, pues aquello solo le provocó más dolor de cabeza. 

No hubo respuesta alguna, y eso solo lograba aumentar su inquietud, como si cada segundo de incertidumbre le punzara la cabeza aún más fuerte.

Intentó juntar las piezas, repasando lo que recordaba de la noche anterior: habían bebido, festejado, intercambiado palabras con Raven, y vuelto a festejar. Fragmentos de bromas disfrazadas de coqueteos le vinieron a la mente, seguidos de más risas y celebración. Todo parecía un caos nebuloso que apenas lograba descifrar.

—Charles.— Repitió quedándose en silencio por unos segundos, hasta que un sonido adormilado respondió detrás de uno de los sofás.  

Tony siguió el origen del sonido, sus pasos torpes resonando en el silencio de la habitación. Al llegar, lo encontró. El mutante dormía en el suelo, rodeado de botellas vacías, como si hubiera sido el epicentro de una pequeña catástrofe etílica.

—Vivo, está vivo.— Suspiró aliviado y posó su mano sobre el hombro del telépata, sacudiéndolo ligeramente.

—Hank, déjame dormir... — Murmuró el hombre con pesadez.

—Le prometí a Hank cuidarte. Dime que estás completo.

Charles entreabrió los ojos, enfocando con esfuerzo al hombre frente a él. Su rostro mostraba un claro gesto de desgano por la interrupción de su sueño. Bajó la mirada hacia sí mismo, inspeccionando su desaliño, y asintió lentamente, como si intentara procesar dónde estaba, mientras su mente aún luchaba por salir del sopor del sueño.

—¿Qué pasó?—La voz ronca y somnolienta salió del telépata.

—No lo sé, es lo mismo que te iba a preguntar.— Dijo Tony mientras pensaba en alguna explicación. Frunció ligeramente el ceño al ver cómo el telépata volvía a intentar dormir. —Charles. 

El telépata dejó salir un suspiro ante otra interrupción. Realmente su mente estaba intentando recordar, pero el sueño y la resaca eran un claro enemigo para ello. —Bebimos, festejamos, bebimos…— Sus palabras parecían intentar aterrizar inútilmente sus recuerdos. —Bebimos.

El vengador se pasó una mano por los ojos en un claro gesto de frustración. Ninguno de los dos hombres estaba en su mejor estado para recordar algo.

Charles se incorporó con lentitud, sentándose en el suelo mientras sus ojos recorrían el desorden a su alrededor.

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