Steve había pasado horas enfrascado en un conflicto interno, debatiéndose entre su incomodidad y el sentido de compromiso que siempre lo había caracterizado. Finalmente, la balanza se inclinó y tomó una decisión.
Y se arrepintió de su decisión inmediatamente, al ver a los dos anfitriones de la fiesta, besándose rodeados de un público que los animaba.
Las palabras podían perder peso frente a las acciones. Escuchar que eran novios era una cosa, pero verlos actuar como tal, besándose y sellando su papel frente a él, le golpeaba con una intensidad distinta, mucho más cruda.
El segundo beso de la noche fue lo que lo hizo abandonar la fiesta.
Logró ver a ambos en una esquina, acercándose demasiado. Charles deslizó una mano por el cabello de Tony con naturalidad, y este respondió con una sonrisa que parecía reservada solo para él. Hablaban, no sabía de qué, pero lo hacían de tal manera que le provocaban algo en el pecho.
Si Steve hubiera estado lo suficientemente cerca, habría descubierto que todo lo que decían eran tonterías. Nada más alejado a un coqueteo serio de una relación formal.
Eran solo dos sujetos jugando con su papel de la obra. Entre comentarios absurdos y coqueteos cargados de humor, intercambiaban datos "inteligentes" que, en su estado de ebriedad, eran cualquier cosa menos precisos. Un ambiente alejado de la realidad, donde ambos se dejaban simplemente llevar por la diversión.
Risas, roces y un beso. No importaba que tan serio era para los hombres, Steve lo vio como una tortura visual debajo de su incomprensión.
Fue pesado e indeseable. Crudo de aceptar, pero forzado a tener que hacerlo, porque ya no había motivos para pensar que esa no era su realidad.
Desde aquella noche, la imagen no dejaba de rondar su cabeza, más resonante que todas las fotos donde ambos posaban juntos o los rumores que circulaban de boca en boca.
—Para serte sincera, me lo esperaba de él.— Natasha Romanoff, otra de las personas con la suficiente capacidad para percibir cuando algo no encajaba, y que rara vez algo lograba sorprenderla.
—Bueno, Tony siempre tendrá algo entre manos.— Respondió Steve, un poco irritado de que esa conversación iniciara hace unos minutos.
Ambos hacían uso de la sala de entrenamientos. Su conversación siendo encerrada por las paredes de la sala, donde, afortunadamente, solo ellos la ocupaban a esa hora.
—Al menos eligió un buen partido. No podría verlo de nuevo con esas chicas que se encontraba en las fiestas.
Steve carraspeó, incómodo con la palabra "buen partido". La idea rondaba en su mente, como una sombra que no dejaba de crecer. ¿Podría haber sido él también un buen partido? Pensaba mientras la duda lo atormentaba. No era algo que le gustara admitir, pero la inseguridad empezaba a morder sus pensamientos.
—No puedo decir lo mismo, no conozco al profesor Xavier tanto como para asegurarlo.
—Vi las noticias ante la rueda de prensa. Parecía poder calmarle y eso ya es mucho.
—Pero eso no es suficiente para controlar a alguien como Tony.
—No hay nadie en este mundo que pueda controlarlo.
La pelirroja observó al soldado mientras ella hacía una abdominal. El soldado, por su parte, centraba toda su atención en golpear con más fuerza el saco de boxeo, sus puños descargando energía en cada golpe, como si quisiera deshacerse de algo más que la tela suspendida ante él.
—Aunque sí, me sorprendió el beso de la fiesta. Pero parecían estarse divirtiendo demasiado.— Continuó la mujer.
—Estaban demasiado ebrios. No sé si eso sea buena señal.
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OJO POR OJO
Fanfic¿Una relación falsa? Para Charles Xavier, la idea probablemente sonaba infantil, incluso absurda. Pero la propuesta tenía un tinte de intriga irresistible, especialmente viniendo de Tony Stark y su retorcida genialidad. Un plan calculado, casi diabó...