—Así que se disculpó al fin.— Dijo Tony, sonriendo ante la noticia.
—Sí, supongo que eso intentó.
—¿Y aceptaste sus disculpas?
—No.— Contestó Charles a secas.
Tony dejó escapar un suspiro aliviado. No era que desconfiara de su amigo, pero conocía demasiado bien ese corazón empático, tan propenso a doblegarse con relativa facilidad. Charles siempre había sido así: dispuesto a ver lo mejor en los demás, incluso cuando no lo merecían.
—Perfecto.— Dijo Tony con una sonrisa.
El vengador continuó mirando al telépata a punto de decir algo más hasta que un constructor le interrumpió su vista hacia el hombre.
—Señor, los bloques ya están a disposición.
—Perfecto, pues comiencen a construir.— Ordenó Stark.
El día finalmente había llegado, el momento en que una de las promesas más significativas sería cumplida: la remodelación de la mansión. El dúo había trabajado en ello meticulosamente, anotando cada detalle que hacía falta con la ayuda de Hank. Habían revisado planos, seleccionado materiales y debatido sobre los espacios que necesitaban más atención.
Entre las cosas en la lista, una destacaba especialmente: una placa con el nombre de ambos. Era más que un simple adorno; era un símbolo, un recordatorio tangible de que ese logro lo habían construido juntos.
Charles miraba alrededor mientras se aseguraba de que todo estuviera en orden. No podía evitar estar nervioso ante las innovaciones de su amigo, pero estaban buscando un equilibrio: incorporar la tecnología suficiente para hacer todo más práctico y accesible, pero sin sacrificar la esencia cálida y acogedora que convertía la mansión en un verdadero hogar.
—Los botes de pintura en la esquina de allá, por favor —indicó Charles a los trabajadores, señalando con la mano el lugar exacto.
Su tono era calmado, casi cordial, contrastando con la firmeza y energía con la que Tony solía dirigir las cosas. No era que le faltara autoridad, pero no estaba acostumbrado a dar ese tipo de órdenes, y se notaba en la suavidad de su voz.
—Cuidado con la estructura de ahí. No la vayan a dañar.— Advirtió Tony.
La mitad de trabajadores eran de Fury, la otra mitad eran una cortesía de Tony para agilizar todo y terminar más rápido. Deseaba ver la escuela en pleno funcionamiento lo antes posible, aunque, en el fondo, las escuelas no fueran precisamente de su agrado.
Stark sonreía al ver que cada uno de sus propósitos se estaban cumpliendo: Las disculpas de Steve, las disculpas de Erik y los lazos entre la fundación Xavier e industrias Stark. Todo ello le hizo pensar que, poco a poco, los motivos de su falsa relación se estaban terminando.
La falsa relación estaba cumpliendo con sus propósitos.
Su expresión cambió al darse cuenta de que había algo que ninguno de los dos había pensado en tan detallado plan: el final. Miró al telépata, a punto de preguntar, pero, verlo tan inmerso en la decoración de la mansión, le hizo dejarlo para otro momento.
Sí, aún no terminaban del todo, faltaba terminar la remodelación y la apertura de la escuela. No tenían que pensarlo todavía.
Unos gritos de sorpresa distrajeron a ambos, saliendo rápidamente al patio para encontrarse con varias barras de metal flotando en el aire mientras algunos trabajadores gritaban asustados. Charles frunció el ceño a punto de reclamar a quien, ya suponía, era el causante de todo.
Las barras de metal comenzaron a colocarse una tras otra donde los planos habían indicado, sin necesidad de maquinaria o de tardarse el tiempo normal del proceso. Aquello hizo a Charles tragarse sus palabras, incrédulo por la situación.
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OJO POR OJO
Fanfiction¿Una relación falsa? Para Charles Xavier, la idea probablemente sonaba infantil, incluso absurda. Pero la propuesta tenía un tinte de intriga irresistible, especialmente viniendo de Tony Stark y su retorcida genialidad. Un plan calculado, casi diabó...