OJO POR OJO

24. Una cena más

Velas encendidas, copas de vino y una mesa dispuesta para dos. El escenario ideal para una cena romántica, el tipo de momento que cualquier pareja podría planear con esmero. Sin embargo, la peculiar dinámica de ambos sujetos, los alejó de todo aquello.

—¿Por qué hay cáscara de huevo en la mezcla? —preguntó Charles.

—Se me cayó poquito. —contestó Tony mientras cortaba uno que otro vegetal.

El telépata meneaba el batidor sobre la mezcla, solo para fruncir el ceño al notar pequeños trozos de cáscara flotando en ella. Había arremangado su camisa, decidido a no ensuciarse, pero de poco le sirvió: sus mejillas estaban cubiertas de harina, cortesía de un ataque sorpresa de su amigo.

Tony cortaba los vegetales mientras se entretenía con el desastre en la cocina, disfrutando cada gesto frustrado de Charles. Lo mejor de todo era la oportunidad de dedicarle una mirada cargada de burla, un silencioso te lo dije, recordándole que pedir comida a domicilio habría sido la opción más sensata.

No importaba cuántas miradas le diera Tony a Charles, el telépata no se iba a doblegar ante ello, y guiado por su terquedad, estaba decidido a preparar una cena para ambos sin importar qué.

—¿Crees que así esté bien? —preguntó el mutante, mostrándole la mezcla al vengador.

—Me encanta que siempre me preguntes si luce bien cuando sabes que ni yo sé cómo debería lucir.

El telépata observó la mezcla en completo silencio. Tony, incapaz de contener su diversión, se acercó con una sonrisa burlona. Le bastó un vistazo a la expresión de su amigo para saber que estaba debatiéndose entre el orgullo y la duda, preguntándose si realmente había logrado algo decente.

—Se ve rico. —dijo Tony al ver que su amigo no paraba de mirar su mezcla en silencio.

—¿Eso crees?

—Claro, claro. Seguro que sabrá bien.

—Intenté quitarle los trozos de cáscara. —Suspiró.

El vengador le dio una ligera palmada en la espalda con una sonrisa despreocupada antes de regresar a su tarea de cortar vegetales. Se pasó la mano por la mejilla, limpiando los restos de harina que Charles le había lanzado en un intento de venganza. No pudo evitar soltar una risa baja.

—Jarvis, repite los ingredientes. —ordenó Stark.

"1 cebolla, 2 zanahorias, 1 rama de apio, 200 ml de vino tinto..."

—Hmm aún no he picado las zanahorias. —murmuró y se dirigió a la alacena, sacando un par de zanahorias para después cortar los trozos.

—Jarvis, ¿qué más llevaba la pasta? —preguntó Charles mientras seguía mezclando.

"Aceite de oliva, señor".

El mutante asintió y dejó el tazón para buscar el aceite entre los demás ingredientes.

"Mis sensores indican un inicio de calentamiento que rebasa la cantidad necesaria en el horno"

—¿Cómo? —Tony frunció ligeramente el ceño.

—¡El postre! —Gritó Charles.

El mutante dejó el aceite a un lado y se apresuró a apagar el horno. Un espeso humo comenzó a salir en cuanto abrió la puerta, envolviéndolo todo con un aroma que distaba mucho del dulce que habían imaginado. Su preciada masa —un intento de pan— había cambiado de un dorado prometedor a un negro absoluto.

—Bueno... técnicamente sigue siendo pan. —dijo Tony mientras miraba el accidente culinario en las manos de su amigo.

—Un pan quemado.