23. Aumento de dopamina

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El taller de la torre no obtuvo descanso en toda la noche, siendo usado para hacer cualquier ajuste innecesario a armaduras y prototipos, lo que sea que le diera a Tony una ocupación además de sus pensamientos.

El vengador desayunaba mientras las ojeras en su rostro delataban su falta de sueño. Por más vueltas que le había dado al asunto, aún le costaba asimilarlo. ¿Enamorado de su amigo? No sonaba mal. Lo complicado era que ese amigo fuera Charles.

Las palabras y suposiciones no eran suficientes. Necesitaba comprobarlo. Era un genio, después de todo; usaría métodos concretos para verificar si sus desafortunadas sospechas eran ciertas. Ya tenía la teoría y los argumentos. Solo faltaba la práctica.

Tony se pasó una mano por el rostro, exhalando con frustración. Como si el destino se empeñara en jugarle en contra, como si la ironía nunca le diera tregua. Charles estaba en pleno proceso de sanar, de —quizá— perdonar a su ex... No podía simplemente haberse enamorado de él.

—El destino me odia, realmente me odia. —dijo Stark mientras daba un ligero golpe a la mesa con la palma de la mano.

El pie del hombre golpeaba el suelo con un ritmo inquieto, un tic nervioso que solo delataba el caos en su cabeza. Tal vez era su karma, cobrándole con intereses todas las veces que provocó algún desastre o cuando se rio de aquel niño que tropezó en la calle.

La espalda del hombre se hundió en el respaldo de la silla mientras soltaba un suspiro. ¿A quién demonios podía pedirle ayuda? No había una forma lógica de plantearlo sin sonar como un completo idiota. "Me enamoré del hombre con el que finjo estar en una relación." Iba más allá de lo irónico, rozaba lo absurdo.

Como si se tratara de una burla descarada del destino, su celular vibró con un mensaje de Charles.

"¿Vendrás hoy a la construcción?"

"Me siento un poco mal hoy, un resfriado o algo así".

"Ouh ¿te llevo algo?"

"Pepper me trajo algunos medicamentos. Solo descansaré hoy, descuida".

El vengador dejó el teléfono sobre la mesa con un leve golpe, exhalando con frustración. Luego, hundió la cabeza entre sus brazos, tratando de ordenar sus pensamientos. Necesitaba idear algo, cualquier cosa, para mantener todo bajo control.

—Jarvis... —murmuró desdichadamente desde su lugar.

"¿Sí, señor?", respondió aquella voz elegantemente electrónica. Su querido asistente y probablemente, el único que había presenciado todo.

—Dame un análisis de mi comportamiento en relación con el profesor Xavier. —preguntó con resignación. No podía creer a qué punto había llegado al pedirle consejos a su propio asistente virtual.

"Reuniendo datos."

Tony suspiró mientras se incorporaba en su asiento, sus dedos tamborileando contra la mesa mientras su mirada se fijaba en la pantalla proyectada frente a él. No podía quedarse con simples suposiciones, necesitaba pruebas, hechos concretos que le dieran una respuesta clara. Porque si había algo que detestaba más que la incertidumbre, era no tener el control de la situación.

"Inicio del análisis. Comportamiento dentro de parámetros normales, resumido a un estado amigable y de fortalecimiento de lazos amistosos".

Stark sonrió ligeramente mientras miraba el resultado de los análisis en la pantalla. Todo iba bien.

"He notado un cambio progresivo en su comportamiento a mitad de las fechas entre el primer mes y la última semana".

OJO POR OJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora